miércoles, 25 de septiembre de 2013

NUEVE PASOS CONTRA EL ENOJO EN EL MATRIMONIO


La gracia de Dios es paciente y trabaja tanto de manera instantánea como a lo largo del tiempo. Un error que con mucha frecuencia cometemos es pensar demasiado idealistas, como si gastáramos nuestra primera disculpa, es decir, como si creyéramos que cuando ofendemos y lastimamos a nuestro conyugue es suficiente con pedirle solo una disculpa y nos negamos la oportunidad para pedir una segunda.

La manera de encontrar bíblicamente un salvavidas matrimonial es que meditemos en nuestras actitudes egoístas y veamos lo que Dios nos enseña en Colosenses 3:13: "Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros". Existe tanto "soportándoos" como "perdonándoos". ¿Cómo se mezclan en el matrimonio?

Aquí te presento 9 Pasos hacia la reconciliación con tu conyugue. A veces esto es necesario cuando eres demasiado pecador(a) como para disculparte sinceramente la primera vez. Esto es una experiencia real más a menudo de lo que nos gustaría admitir, y, en otro sentido, no lo suficientemente frecuente.

Esposas y esposos, mediten en estos pasos con ustedes mismos, en ambos roles:

Paso 1. Tu conyugue te señala algo que dijiste o hiciste que está mal o que no le agrada.

Paso 2. Tú te enojas. (Por las razones que te parecen buenas en ese momento).

Paso 3. Tienes la gracia de saber en tu mente que este enojo no es correcto delante de Dios y que una sentida disculpa, tanto por lo que tu conyugue señaló como por el enojo, es lo apropiado.

Paso 4. Eres capaz de pedir una disculpa pero no de sentirte apenado(a), porque el enojo ha endurecido tu corazón hacia tu conyugue. No te sientes sensible, no te sientes quebrantado(a), no te sientes apenado(a). Pero sabes que deberías, entonces dices, "Perdóname". Esto es mejor que el silencio. Es una gracia parcial.

Paso 5. Tu conyugue siente que estás molesto(a) y no está, comprensiblemente, satisfecho con palabras que no llevan una sentida contrición.

Paso 6. El tiempo pasa. ¿Veinticuatro horas? ¿Dos días? El Espíritu Santo, siempre paciente, e implacablemente santo, no te soltará. Él trabaja en contra del enojo. (Santiago 1:19-20). Él despierta verdades del evangelio (Efesios 4:32). Él ablanda el corazón (Ezequiel 36:26). Esto puede ocurrir a través de la lectura de la Biblia, la palabra de un amigo, la lectura de un libro o atendiendo un servicio de adoración. Mientras tanto, tu conyugue está esperando, preguntándose, orando.

Paso 7. El enojo se aquieta. La dulzura crece. La ternura se despierta. La angustia por el pecado aumenta.

Paso 8. Tú llevas a tu conyugue aparte y le dices que la primer disculpa fue la mejor que pudiste darle en ese momento a causa de tu pecado. Admites que fue insuficiente. Le dices con ternura como te sientes, y que te disculpas con el corazón, y le pides perdón.

Paso 9. En misericordia, tu conyugue te perdona y todo está mejor.

Lo que espero que hagas con esto es que, ustedes matrimonios, lo hablen entre si para ver si concuerdan con sus experiencias. Uno de los valores de construir este posible patrón dentro de sus expectativas es que pueden ser más tolerantes el uno con el otro (llamado misericordia), para que el paso 6 no parezca imposible para ninguno de los dos.


“Gracia y Paz”
Edificando Matrimonios
conforme al propósito de Dios


John Piper

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