Orar a Dios es
tener una conversación con nuestro Padre Celestial. La oración es comunicarse
con Dios. Debido a que Él nos ha hecho miembros de Su familia, podemos
acercarnos a Él con toda confianza, sabiendo que nos escucha y responde
nuestras oraciones. La oración es mucho más que palabras.
Es una expresión
del corazón hacia Dios. Es una experiencia, una relación, no una actividad. La Biblia nos enseña que
Jesucristo mismo tuvo una vida de oración. No solamente Él, sino los hombres y
mujeres de la Biblia
que tuvieron un gran impacto entre sus contemporáneos. Eso nos enseña la
importancia y prioridad que la vida de oración debe tener en nuestras vidas.
Así como los
niños aprenden a hablar, los hijos de Dios podemos aprender a orar de acuerdo
al patrón que Jesucristo nos enseña en Su palabra.
APRENDAMOS A
ORAR:
“Aconteció que
estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le
dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. Y les
dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado
sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así
también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos
nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben.
Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal” (Lucas 11:1-4).
¿CUALES SON LOS
3 ASPECTOS BÁSICOS SEÑALADOS EN ESTA ORACIÓN?
Debemos de
pedirle a Dios dándole las gracias por todo. Siempre pidiéndole que obre según
su Voluntad, arrepintiéndonos de nuestra maldad y a la vez pidiéndole que nos
libre de ella. El Señor Jesucristo nos da esta oración como un modelo (o
ejemplo) y no para que la repitamos mecánicamente (rezar). “Y al orar no uséis
vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán
oídos” (Mateo 6:7).
¿A QUIÉN DEBEMOS
DIRIGIR NUESTRAS ORACIONES?
Así como cuando
queremos que alguien en particular nos escuche, nosotros debemos dirigir
nuestras oraciones al Único que tiene potestad de contestarnos, Dios. “Todo lo
que pidáis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en
el Hijo. Si algo pedís en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:13-14).
Nuestras
oraciones debemos dirigirlas a Dios Padre, en el nombre de nuestro Señor
Jesucristo. En la Biblia
no existe ningún caso de oraciones dirigidas al Espíritu Santo, la tercera
Persona de la Trinidad.
No debemos orar a ningún otro ser, ya sea animal, hombre o
mujer. Los términos de la oración los establece Dios en las Escrituras, no
nosotros o alguna tradición religiosa.
ASPECTOS
PERSONALES PARA LA ORACIÓN :
Nuestra actitud
es lo más importante cuando le oramos a Dios. No existe una forma específica de
orar o alguna postura física en particular.
PODEMOS ORAR:
• De pie.
• De rodillas.
• Levantando las
manos.
• Postrados.
• Sentados.
A Dios no le
interesa realmente nuestra posición física, lo único que mira es la sinceridad
de nuestro corazón y en base a ello es que Él responde nuestras oraciones.
¿CON QUE
ACTITUDES DEBEMOS ORAR?
• Con una
actitud de arrepentimiento.
• Con una
actitud de confianza.
• Con una
actitud de humildad.
• Con una
actitud Temerosa a Dios.
• Con una
actitud de Fe.
CONCLUSIÓN:
La oración es el
mayor privilegio de la vida cristiana y la fuente de poder más revolucionaria
que el hombre haya conocido. Si tu tomas seriamente las promesas de Dios y
comienzas a apropiártelas por fe, mediante la oración, todo lo que Él te ha
prometido se ira cumpliendo, comenzarán los milagros en tu camino, las
multitudes serán conducidas a nuestro Señor Jesucristo a través de ti.
El mismo curso
de la historia sería cambiado y tu estarías ayudando a cumplir la Gran Comisión
durante tu vida en este mundo.
TE DEBES DE
COMPROMETER A:
1.- Apartar un
tiempo a diario para Orar.
2.- Reunirte con
otros hermanos para orar juntos.
3.- Enseñarle a
otros como hacerlo.
“Orad sin cesar”
(1 Tesalonicenses 5:17).
Reto: ¡¡La
oración es poderosa, nunca dejes de orar!!
“Gracia y Paz”
Vida Cristiana
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