Lamentaciones 3:22, 23
“Por la misericordia de Jehová no
hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son
cada mañana; grande es tu fidelidad”.
La confianza es muy valiosa en
estos días, pues parece ser muy escasa. La ambición egoísta, la codicia y la
búsqueda constante de ser el número uno son demasiado frecuentes; a algunas
personas, incluso, les resulta difícil confiar en sí mismas. En cambio, tenemos
muchas buenas razones para confiar en el Señor.
Primero, Él es el único Dios
verdadero. No hay nadie más como Él (2 Samuel 7:21, 22); es el mismo ayer, y
hoy, y por los siglos (Hebreos 13:8). Su voluntad perfecta es inmutable, por lo
que nunca tenemos que preocuparnos de que haya una fluctuación en su ética o en
sus valores.
Segundo, Dios es la esencia misma
de la verdad. Él no está puesto bajo la autoridad de ninguna otra autoridad que
determine si hace o no lo correcto. Por el contrario, Él es nuestro modelo de
rectitud a seguir. Y porque Él es la verdad, sabemos que nunca nos engañará.
Tercero, Él ha demostrado ser
absolutamente fiel. Como dice la
Biblia : “Nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada
mañana; grande es tu fidelidad” (Lamentaciones 3:22, 23).
Cuarto, Dios es digno de
confianza porque tiene el control absoluto de cada situación. El Salmo 103:19 dice:
“Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos”.
Nada puede impedir que el Señor
haga su voluntad perfecta, no importa lo difícil que pueda parecernos la
situación. Nuestras vidas son evidencias de su poder y de su amor. Como hijos
de Dios, podemos con toda seguridad poner nuestra fe y confianza en Él,
sabiendo que nunca seremos defraudados.
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria
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