Padre amado, gracias por tu
fidelidad. Muchas veces te he fallado pero tú siempre estás dispuesto a acudir
en mi ayuda en los momentos difíciles de mi vida. Ayúdame a confiar plenamente
en ti aún cuando mis amigos y los que dicen que me aman me abandonen. En el
nombre de Jesús, Amén.
“Gracia y Paz”
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