Lucas 11:28
“Y él dijo: Antes bienaventurados
los que oyen la palabra de Dios, y la guardan”.
Una mujer en la multitud de los
que seguían a Cristo había dicho: “Bienaventurado el vientre que te trajo, y
los pechos que mamaste”. Siempre ha habido los que se enfocan en la madre de
Jesús y no en ÉL. Pero Jesús la corrigió diciendo, “Antes bienaventurados los
que oyen la palabra de Dios, y la guardan. El énfasis siempre está en la obediencia
a Dios. La Biblia
nos dice que evitemos las obras de la carne que son: adulterio, fornicación,
inmundicia, disolución, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos,
iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías,
etc. Además, debemos producir el fruto del Espíritu: caridad, gozo, paz,
tolerancia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza”, etc. (Gálatas 5:19).
Pero antes de producir el fruto del Espíritu, tenemos que nacer del Espíritu,
cosa que sucede cuando tenemos un encuentro con Jesús. Esto pasará solo si nos arrepentimos
de nuestros pecados, y recibimos a Jesús en nuestro corazón por la FE.
Jesús es la puerta. Primero,
entra por la puerta. Luego, anda en obediencia a su palabra. Amen.
“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día
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