Apocalipsis 20:12
“Vi a los muertos, grandes y
pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue
abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las
cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”.
Tras una catástrofe aérea se
buscan las cajas negras del avión. Éstas graban todo lo que sucede en la cabina
del piloto; sus indicaciones permiten saber si se trata de un error mecánico,
un error de pilotaje, de quién fue la culpa.
Lo mismo sucede con la vida de
cada uno de nosotros. Todos los hechos que vivimos en esta tierra son escritos
en los libros de Dios. En el versículo de hoy, la Biblia habla de una sesión
de tribunal en la cual todos los hombres muertos en sus pecados comparecerán
después de la “resurrección de condenación” (Juan 5:29). Al igual que la caja
negra de un avión, los libros serán abiertos. Entonces Dios revelará todo lo
que cada uno haya hecho, y nadie podrá poner en duda los hechos allí revelados.
La abrumadora responsabilidad de
los que hayan pasado su vida sin Dios será establecida, y la sentencia será un
juicio terrible para ellos.
En cuanto a los que depositaron
su confianza en Jesús, muerto por ellos en la cruz, no tienen por qué temer
esta hora de la verdad, pues no vendrán a condenación (Juan 5:24). Saben que,
para todo aquello de lo que podrían ser acusados, Jesús les consiguió un perdón
total: “Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Romanos
8:1). Comparecerán ante el “tribunal de Cristo” (2 Corintios 5:10), pero el
hecho de sacar a la luz sus acciones será para ellos la ocasión de apreciar
completamente toda la gracia de su Salvador.
“Gracia y Paz”
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