Salmo 84:11-12
“Porque sol y escudo es Jehová
Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en
integridad. Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía”.
Si el Señor ha prometido proveer
para nuestras necesidades, ¿por qué no siempre las satisface cuando se lo
pedimos? Puesto que Él es completamente fiel a su Palabra, es obvio que la
causa del problema somos nosotros. Su promesa de provisión tiene una condición:
es dada a quienes “andan en integridad” (v. 11). Por tanto, si Dios no está
proveyendo para nuestras necesidades como nosotros quisiéramos, es posible que
tenga un plan diferente.
Pecado.
Una razón por la que nuestras oraciones no son respondidas, es porque hemos
permitido el pecado en nuestras vidas, y no estamos caminando con rectitud. Si
el Señor no tomara en cuenta la desobediencia, y nos concediera todas nuestras
peticiones, estaría aprobando un estilo de vida pecaminoso.
Holgazanería.
Puede ser que no hemos hecho nuestra parte. Aunque Dios es la fuente final de
todo lo que tenemos, Él nos ha dado la responsabilidad de trabajar para que
atendamos nuestras necesidades básicas (2 Tesalonicenses 3:10-11). Si usted es una persona en condiciones de
trabajar, pero que no quiere hacerlo, el Señor no va a apoyarlo.
Deseos.
Si Dios no ha provisto como usted esperaba, es porque sus “necesidades” son en
realidad deseos. Si el Señor sabe que lo que usted quiere no logrará los planes
que Él tiene para su vida, negará su provisión para darle algo mejor.
Las acciones y el carácter de
Dios siempre están en armonía. Él no premia la rebeldía ni la holgazanería, y
sus respuestas a la oración cuadran con su propósito de conformarnos a la
imagen de Cristo. Si Él le está negando algo que usted considera esencial, es
porque está haciendo algo mejor para usted.
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria
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