Salmo 92:1-5
“Bueno es alabarte, oh Jehová, Y
cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo; Anunciar por la mañana tu misericordia,
Y tu fidelidad cada noche, En el decacordio y en el salterio, En tono suave con
el arpa. Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras; En las obras de
tus manos me gozo. ¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son
tus pensamientos”.
¿Se ha preguntado usted alguna
vez por qué nos dice la Biblia ,
una y otra vez, que demos gracias al Señor? La razón principal es porque Él se
lo merece. Todo lo que usted y yo somos y tenemos viene de Dios. Él le creó, y
es quien mantiene su corazón latiendo. Reclamar su vida como suya y hacer lo
que le viene en gana, es la ingratitud más grande. Dios le creó a usted para
que lo ame, e hizo un gran sacrificio para librarle del pecado y convertirle en
su hijo. Dar gracias al Señor es una manera de honrarlo, reconociendo todo lo
que Él ha hecho.
La mayoría de nosotros
probablemente tendríamos que reconocer que nuestras oraciones tienden a ser más
bien egocéntricas. Venimos con nuestra lista de peticiones, ¿pero cuánto tiempo
pasamos dando gracias a Dios por lo que Él ha hecho? El salmista nos dice que
comencemos cada mañana enfocándonos en su misericordia para el día que tenemos
por delante, confiándole todas nuestras preocupaciones. Después, en la noche,
debemos darle gracias por su fidelidad, y fijarnos en las maneras como Él
proveyó para nuestras necesidades y guió nuestros pasos.
Aunque hayamos tenido alguna
ansiedad o dificultad en el día, aun así podemos dar gracias a Dios por su
presencia y por su promesa de hacer que todas las cosas ayuden a nuestro bien.
Aparte tiempo esta semana para
recordar lo que Dios ha hecho por usted, y déle gracias. Sea creativo, y piense
en todas las maneras como puede mostrarle gratitud, y después cante, alábelo y
adórelo con júbilo. Al mantener su enfoque en Dios, usted puede tener una
actitud de agradecimiento todo el día.
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria
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