Salmo 27:4-8
“Una cosa he demandado a Jehová, ésta
buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para
contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo. Porque él me
esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Me ocultará en lo reservado de
su morada; Sobre una roca me pondrá en alto. Luego levantará mi cabeza sobre
mis enemigos que me rodean, Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de
júbilo; Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová. Oye, oh Jehová, mi voz con que a
ti clamo; Ten misericordia de mí, y respóndeme. Mi corazón ha dicho de ti:
Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová”.
Mi vida fue influenciada
radicalmente por mi abuelo, quien buscaba apasionadamente al Señor. Yo quería
tener esa misma clase de relación con Dios, y sabía que la única manera de que
fuera así, era si yo lo buscaba con fervor. Después de todos estos años, puedo
decir sinceramente que lo más emocionante de mi vida es humillar mi rostro
delante de Dios en una comunión íntima.
Pero esta clase de relación no
sucederá por casualidad. Requiere la decisión deliberada de volver a poner en
orden nuestras prioridades, para hacer espacio a la búsqueda de Dios. La
intimidad con Él no es algo que uno puede adquirir en una inspiradora
conferencia de un fin de semana, no se logra leyendo un capítulo o dos de la Biblia , ni orando durante
diez minutos cada día. Buscar a Dios con fervor es un compromiso tenaz que dura
toda una existencia, día tras día, y año tras año.
Demasiados creyentes están
satisfechos con tener una relación superficial con el Señor. Buscarán
respuestas a la oración en momentos de sufrimiento, pero no están dispuestos a
sentarse tranquilamente por un buen tiempo, solo para llegar a conocer a Dios
mediante la oración y su Palabra. Sin embargo, la ocupación más importante en
la vida de un cristiano, es cimentar una relación con Dios. Renunciar a esta
gran bendición, es una tragedia.
Dios no necesita nada de usted,
pero Él desea tener su amorosa devoción y su comunión. ¿Es eso lo que usted
quiere también? Buscar al Señor no es algo que usted puede hacer
apresuradamente. Le costará tiempo y esfuerzo, pero las recompensas valdrán
cualquier sacrificio.
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria
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