viernes, 26 de octubre de 2012

¿ELLA TAMBIÉN?



Santiago 2:25
“Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada…?”

Supón que miras tu árbol genealógico y encuentras la siguiente descripción de uno de tus antepasados: «Prostituta, escondió en su casa a enemigos del gobierno. Cuando las autoridades la confrontaron por este asunto, mintió».

¿Qué harías con ella? ¿Le ocultarías su historia a cualquiera que preguntara sobre tu familia o la elogiarías y enaltecerías como un miembro legendario de tu historial familiar?

Te presento a Rahab. Si lo que leemos de ella en Josué 2 fuera lo único que supiéramos, tal vez la agruparíamos con todos los otros ejemplos malos y repudiados de la Biblia. Pero su historia no termina allí. Mateo 1:5-6 revela que fue la tatarabuela del rey David y que formó parte del linaje de Jesús, nuestro Salvador. No solo esto. Hebreos 11:31 dice que fue una mujer de fe que  (ver Josué 6:17). Además, Santiago 2:25 presenta su obra de rescate como una prueba de su fe justificadora.

Es asombroso cómo obra el amor de Dios. Puede tomar personas con mala reputación, transformar sus vidas y convertirlas en ejemplos del amor y el perdón divinos. Si piensas que eres demasiado malo para que Él te perdone o si conoces a alguien que se sienta así, lee sobre Rahab y regocíjate. Si el Señor pudo convertirla a ella en un modelo de rectitud, todos tenemos esperanza.

Jesús puede perdonar todos nuestros pecados, sean grandes o pequeños.

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LEA: Josué 2:1-14

Biblia en un año: Lucas 1–3
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“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario

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