Santiago 4:8
“Acercaos a Dios, y él se
acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble
ánimo, purificad vuestros corazones”.
Tengo un amigo que por cierto
tiempo fue consumidor de drogas. Hace poco, su familia se dio cuenta de que
esta actividad había cesado, aunque él no la había dejado deliberadamente. ¿Por
qué se preguntaban pareció desaparecer su deseo de seguir comprando más
droga?
La razón era que mi amigo estaba
más satisfecho con el Señor. Ya no necesitaba lo que el mundo le ofrecía para
sentirse bien. ¡Qué ejemplo tan excelente de crecimiento en Cristo!
Además de encontrar satisfacción
en Dios, hay muchos otros indicadores de crecimiento que son evidentes para el
creyente. Por ejemplo, perdonar se vuelve más fácil con el tiempo. Pensemos en
nuestro Salvador, quien pidió a Dios que perdonara aun a quienes lo habían
crucificado.
Asimismo, a medida que maduremos,
nuestra fe aumentará. Dios nos ama, y con misericordia y delicadeza desarrolla
nuestra confianza en Él.
Otra señal de un caminar más
estrecho con Cristo es un interés mayor por la condición espiritual de los
demás. Y, por último, a medida que nuestra relación con el Señor se profundiza,
tendremos más deseos de obedecerle. Este deseo no nace del temor, sino del amor
a nuestro Padre Celestial. Del mismo modo, cuando pequemos, tendremos un
corazón contrito y humillado.
¿Está usted satisfecho
espiritualmente? ¿O tiene un hambre cada vez mayor e insaciable de Jesús? Si
piensa que ya ha caminado lo suficientemente con Cristo, está cometiendo un
terrible error. Se está perdiendo de la gran plenitud y emoción que se
experimentan al estar cerca de Él.
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria
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