Romanos 6:3-10
“¿O no sabéis que todos los que
hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque
somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que
como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también
nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en
la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo
esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el
cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque
el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo,
creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado
de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. Porque en
cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios
vive”.
El Señor Jesús comisionó a sus
seguidores a ir y hacer discípulos, “bautizándolos en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19). A medida que la iglesia
primitiva difundía el mensaje del evangelio, la respuesta de fe del nuevo
creyente era el bautismo. Significa públicamente que la persona era ahora
seguidora de Jesucristo.
Los símbolos sirven para
comunicar lo que no pueden las palabras. El bautismo es un símbolo de nuestra
experiencia de salvación. Mediante este acto, proclamamos la buena noticia de
que Jesús murió por nuestros pecados, de que fue sepultado y resucitó; y damos
testimonio de que hemos recibido su poderosa transformación.
La palabra “bautizar” en la Biblia , es el mismo término
que se usa en griego para describir a una tela que se sumerge en un tinte —se
refiere a un cambio total. Por eso, al ser sumergidos en el agua, declaramos
que estamos eligiendo morir a la vida vieja y nos estamos uniendo con Cristo.
Nuestro pecado es sepultado con Él, y el poder del mismo es vencido por su
muerte en la cruz (Romanos 6:14). Cuando somos levantados del agua, afirmamos
la resurrección del Señor Jesús. El bautismo es una manera simbólica de decir
que, así como el Señor venció a la muerte y resucitó, nosotros somos
resucitados espiritualmente a una vida nueva. Somos “nacidos de nuevo” y
transformados por el poder de su Santo Espíritu.
En la Biblia , “creer” no es una
palabra que indica aceptación intelectual, sino acción. Nuestra fe nunca debe
ser ocultada como una luz puesta debajo de un almud (Lucas 11:33); cuando
nuestros familiares y amigos no creyentes miran nuestras vidas, necesitan ver
el evangelio en acción.
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria
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