Santiago 1:22
“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores,
engañándoos a vosotros mismos”.
Crecer en Cristo implica mucho
más que simplemente asistir a la iglesia, diezmar y escuchar una predicación.
De hecho, muchos creyentes hacen esto, pero siguen estancados en su vida
espiritual. Hay dos elementos necesarios para llegar a ser más como Cristo: la
instrucción y la participación.
El primero, aprender la verdad es
vital para caminar con Dios. Nuestro Salvador lo demostró al dedicar tiempo a
la enseñanza. El apóstol Pablo es otro ejemplo, al escribir sus cartas para
instruir a los cristianos.
¿Cómo podemos adquirir
conocimiento y sabiduría? Una de las maneras más efectivas es por medio de la
lectura de la Palabra
de Dios. La Biblia
nos dice que así como los recién nacidos anhelan la leche de sus madres,
nosotros debemos también ansiar con vehemencia su Palabra para poder crecer.
Sin embargo, escuchar simplemente
la verdad no significa que la hemos adquirido. Conozco a muchas personas a las
que les encanta asistir a los estudios bíblicos, aunque no demuestran ningún
cambio en sus vidas. Como enseña el pasaje de hoy, tenemos que aplicar la Palabra de Dios a nuestra
vida. Así también, el verdadero crecimiento exige más que simplemente llenarse
de información; requiere acción. Santiago 2:26 dice: “Porque como el cuerpo sin
espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta”.
¿Somos oidores negligentes que
creemos equivocadamente estar creciendo? ¿O estamos escuchando con atención y
apoyándonos en la verdad? Si en realidad estamos madurando, nuestra vida será
más como la de Cristo, y nuestros deseos se alinearán más con los del corazón
de Dios.
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria
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