lunes, 2 de julio de 2012

LA FÓRMULA PARA EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL


Santiago 1:22
“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos”.

Crecer en Cristo implica mucho más que simplemente asistir a la iglesia, diezmar y escuchar una predicación. De hecho, muchos creyentes hacen esto, pero siguen estancados en su vida espiritual. Hay dos elementos necesarios para llegar a ser más como Cristo: la instrucción y la participación.

El primero, aprender la verdad es vital para caminar con Dios. Nuestro Salvador lo demostró al dedicar tiempo a la enseñanza. El apóstol Pablo es otro ejemplo, al escribir sus cartas para instruir a los cristianos.

¿Cómo podemos adquirir conocimiento y sabiduría? Una de las maneras más efectivas es por medio de la lectura de la Palabra de Dios. La Biblia nos dice que así como los recién nacidos anhelan la leche de sus madres, nosotros debemos también ansiar con vehemencia su Palabra para poder crecer.

Sin embargo, escuchar simplemente la verdad no significa que la hemos adquirido. Conozco a muchas personas a las que les encanta asistir a los estudios bíblicos, aunque no demuestran ningún cambio en sus vidas. Como enseña el pasaje de hoy, tenemos que aplicar la Palabra de Dios a nuestra vida. Así también, el verdadero crecimiento exige más que simplemente llenarse de información; requiere acción. Santiago 2:26 dice: “Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta”.

¿Somos oidores negligentes que creemos equivocadamente estar creciendo? ¿O estamos escuchando con atención y apoyándonos en la verdad? Si en realidad estamos madurando, nuestra vida será más como la de Cristo, y nuestros deseos se alinearán más con los del corazón de Dios.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

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