sábado, 7 de julio de 2012

CÓMO VENCER LOS OBSTÁCULOS A LA FE


Éxodo 3:10-17
“Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte. Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres  me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos. Ve, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareció diciendo: En verdad os he visitado, y he visto lo que se os hace en Egipto; y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel”.

Dios llamó a Moisés a hacer un gran trabajo que bendeciría a los israelitas. La respuesta de Moisés a esta maravillosa invitación fue presentar excusas de por qué no podía obedecer. Esta actitud, que yo llamo “obstáculos a la fe”, puede inutilizarnos espiritualmente.

En la vida de Moisés vemos aspectos de debilidad que pueden crear esos obstáculos:

Una imagen de sí mismo deficiente. Cuando Dios le ordenó que fuera a Faraón y sacara al pueblo de Egipto, la respuesta inmediata de Moisés fue: “¿Quién soy yo”? Quizás estaba pensando en su ocupación como un insignificante pastor de ovejas que vivía en Madián. Quizás se estaba refiriendo a su linaje; era parte de la raza hebrea que estaba esclavizada en Egipto. O pudo haber estado recordando su pasado, cuando le quitó la vida a un egipcio y tuvo que huir de Egipto (Éxodo 2:12). El Señor respondió a su objeción con una promesa maravillosa: “Yo estaré contigo” (3:12).

Ignorancia. Para llevar a cabo el plan de Dios, necesitamos creer del todo en Aquel que nos ha llamado. Cuando Moisés cuestionó de nuevo su misión, el Señor le respondió revelándose a sí mismo como el gran YO SOY y Aquel que había prometido libertar a los israelitas (vv. 14-17). Al confiar en el carácter y las promesas del Dios todopoderoso, Moisés podría llevar a cabo esta tarea aparentemente imposible.

Los obstáculos a la fe impiden el derramamiento del poder divino en nuestra vida, frenan nuestro desarrollo espiritual y nos impiden llevar a cabo la voluntad de Dios. Debemos recordar que Dios es soberano sobre todo, y por tanto somos nuevas criaturas en Cristo, y su Espíritu nos inviste de poder.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

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