Influencias
de la infancia
Isaías 61:1-3
“El Espíritu de Jehová el Señor
está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a
los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los
cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena
voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos
los enlutados; a ordenar que a los afligidos de Sión se les dé gloria en lugar
de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del
espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová,
para gloria suya”.
Nadie tuvo una infancia perfecta.
Lo que experimentamos durante esos años, ha tenido una influencia profunda, aun
en la adultez. Las cosas que vimos, escuchamos, sentimos, e incluso que no
sentimos, pueden afectarnos el resto de la vida.
Como es de esperarse, las
influencias externas ayudan ciertamente a moldear nuestra personalidad. Sin
embargo, el resultado no siempre es predecible. Por ejemplo, los primeros años
llenos de experiencias dolorosas, dejan heridas profundas en algunos; pero en
otros, contribuyen al desarrollo de la agudeza y la perseverancia.
Ya sea que su infancia haya sido
alegre o dolorosa, puede ser útil reflexionar acerca de la influencia que dejó
en su vida. Puede empezar analizando sus respuestas a los acontecimientos clave
de su infancia. Después, identifique rasgos que apreciaba en sus padres y en
los demás, cualidades que le gustaría cultivar en su propia vida. Por último,
piense en las personas que le afectaron negativamente. Pídale a Dios que le
sane y le libere de las conductas que pudo haber desarrollado como respuesta.
El Padre celestial quiere hacerle
libre de todas las inclinaciones negativas que echaron raíces en su infancia.
Él puede poner fin a cualquier patrón negativo, y reemplazarlo con esperanza y
satisfacción profunda en Él.
Cuando reflexione en los efectos
de las experiencias de la infancia, pídale a Dios que le permita ver a través
del lente de la verdad. Pídale a Dios que le dé fuerzas para perdonar, y su
ayuda para sanar aspectos de su vida, ya sean espirituales, emocionales o interpersonales.
“Gracia y Paz”
(encontacto.org)
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