Salmo 113: 1-4
“Alabad, siervos de Yahweh, Alabad el nombre
de Yahweh. Sea el nombre de Yahweh bendito Desde ahora y para siempre. Desde el
nacimiento del sol hasta donde se pone, Sea alabado el nombre de Yahweh. Excelso
sobre todas las naciones es Yahweh, Sobre los cielos su gloria”.
ADORAR A DIOS es la máxima expresión de amor. Adorar a
Dios es hacer todo para su gloria, hacer todo para agradarle. Dice la Biblia
que todas las cosas que Él ha creado le dan gloria y que todo lo ha hecho es para
su gloria. Todo lo que ha hecho es bueno en gran manera. Dios perfecciona la
alabanza en la boca de los que adoran. Aún cuando las aves cantan están
alabando a Dios.
Todo lo que Dios ha creado, lo ha hecho con un propósito
y cuando lo que él ha creado cumple con su propósito, le está dando gloria a
Dios.
Adoramos a Dios cuando amamos a toda su creación, cuando
amamos a nuestro prójimo, cuando amamos a nuestro cónyuge y a nuestros hijos. Todo
lo que hacemos, dice la Biblia, lo tenemos que hacer para la gloria de Dios.
Cuando hacemos lo que a Dios le agrada, él se deleita en nosotros. Jesús hizo
todo lo que al Padre le agradaba, hizo su voluntad en todo y esto provocó que
el cielo fuera sacudido y el Padre dijera de él: “Este es mi hijo amado, en
quien tengo complacencia” (Mateo 3:17).
Si hacemos lo que Dios quiere, le estamos dando gloria, y
le estamos adorando; así pues, adorémosle
desde ahora y hasta la eternidad, desde
que sale el sol hasta que se pone. Hagamos todo para la honra y gloria de Dios.
¡Gracia y Paz!
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