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martes, 30 de octubre de 2012

PROPIEDADES Y BENEFICIOS DEL KIWI

 

Originario de China, donde crece naturalmente en las colinas de China oriental y a los pies del Himalaya y con tanta abundancia que pasó a llamarse la perla del Himalaya.

Allí se lo conoce con el nombre Yang-Tao siendo el nombre científico de la planta Actinidia Chinensis que en el idioma griego quiere decir rayo, atribuido a un profesor de botánica inglés en el año 1850.


EL KIWI Y LA VITAMINA C

El kiwi se encuentran entre las frutas con más contenido en vitamina C. 100 gramos de su pulpa aporta más de 100 miligramos de vitamina C. En realidad, sólo está superado por las guayabas -183 mg- y por las grosellas negras - 191 mg. El kiwi tienen más vitamina C que los limones (53 mg.) y que las naranjas (48 mg.).

Comer un simple kiwi cada mañana es prácticamente una manera de asegurar la ración diaria de vitamina C.

Estos aportes son excelentes para individuos que tienen sus defensas bajas ayudándolas a prevenir resfríos y gripes.

Como sabemos, tanto la vitamina C como la vitamina E poseen, entre otras propiedades, propiedades antioxidantes capaces de neutralizar el daño corporal que podrían producir los radicales libres. Comer kiwis ayuda a mantenernos más jóvenes, previene la aparición de muchas enfermedades, entre ellas el cáncer, las alergias, ayuda a rebajar la hipertensión al intervenir esta vitamina junto a su elevado contenido en potasio.

Es muy importante decir que personas Diabéticas, alérgicas, mujeres embarazadas o personas mayores de edad se beneficiarían mucho de su consumo. Las personas que han sufrido alguna rotura de algún ligamento o hueso, por las propiedades reparadoras de esta vitamina, o las mujeres durante la menopausia a las que les ayuda a producir estrógenos o a disminuir los sofocos deberían comerla en abundancia. Finalmente cabe añadir que también es muy benéfica para todas aquellas personas que tengan las defensas diminuidas, personas afectadas de Sida, leucemia, personas que han pasado una enfermedad y que se han sometido a tratamientos con antibióticos.

Se ha comprobado como esta maravillosa fruta ayuda a evitar el nerviosismo. El kiwi puede considerarse un alimento útil para reducir el estrés de la vida moderna. La vitamina C que contiene el kiwi, junto con su elevado nivel de magnesio, nos ayudará a sentirnos más tranquilos y a enfrentarnos con más seguridad a los problemas de la vida, controversias, oposiciones, entrevistas de trabajo, y ante cualquier situación de nervios o tensión esta fruta permitirá que podamos superar esos retos con más facilidad.

Hay que mencionar la importancia que esta fruta tiene, tanto por su contenido en vitamina C como E, en la conservación de la vista y la prevención de enfermedades de los ojos, como las cataratas o la ceguera nocturna.


EL KIWI favorece la circulación de la sangre

El kiwi contiene una gran cantidad de vitamina E y de ácidos grasos omega-3 y omega 6. Estos componentes poseen propiedades fluidificantes de las sangre, por lo que ayudan a mejorar el estado de las arterias y los capilares, colaborando también en mantenerlas elásticas, evitando que se formen coágulos o trombos en los vasos sanguíneos. Contiene el ácido llamado propeolítico, que ayuda a combatir el colesterol malo. De esta manera, comer kiwis nos protegerá contra la angina de pecho, la trombosis, el infarto o los derrames cerebrales.


EL kiwi Es un buen remedio contra el estreñimiento

El kiwi es una fruta rica en fibra soluble. Su ingestión ayudar a mejorar el transito intestinal y prevenir la aparición del estreñimiento. Durante el desayuno, resulta muy interesante realizar una mezcla de yogur con kiwi. El yogur, por su riqueza en fermentos, ayuda a restaurar la flora intestinal y el kiwi completa el tratamiento a añadir su contenido en fibras que favorece la expulsión de las heces.


EL kiwi favorece la digestión

El kiwi es una fruta muy adecuada para realizar una buena digestión porque contiene una encima proteolítica llamada actidina y, tal como ocurre con la bromelina de la piña, o la ficina de los higos, resulta muy interesante en la alimentación porque ayuda a disgregar las proteínas y favorecen el tránsito intestinal, evitando la indigestión, la gastritis o la formación de gases. Este aporte además de eliminar residuos del organismo previene las formaciones de tumores.

También aporta potasio oligoelemento fundamental en el metabolismo celular que estimula y fortalece al organismo otorgándole elasticidad y movimiento al cuerpo ayudándonos a mantenernos ágiles. La cantidad de potasio que aporta el kiwi se iguala al de la banana (que es la fruta que más lo contiene).

Cuenta con minerales como hierro, fósforo, calcio, magnesio y el cromo que juega un papel muy importante en enfermedades cardíacas, diabetes y obesidad. Otro aporte de valor es la vitamina B9, (ácido fólico) que previene la anemia.


El kiwi ayuda a adelgazar y eliminar líquidos

El kiwi contiene un elevado porcentaje de agua y su poder calórico es moderado (63 kcal por cada 100 gr.), por lo que comerse un kiwi supondrá ingerir unas 40 calorías. Todo esto, unido a su elevado índice de potasio y su bajo contenido en sal, hace que sea muy conveniente para las dietas de adelgazamiento y en todas aquellas situaciones que se requiera perder agua. El kiwi es una fruta muy diurética por lo que no debería faltar en la dieta de las personas obesas. Su consumo incrementa la producción de orina, lo que ayuda a superar la obesidad, pero resulta igualmente útil en situaciones en las que se produce retención de líquidos por ejemplo, en casos como el embarazo, la menopausia, la insuficiencia cardíaca, o la insuficiencia hepática.


¿Cómo comer El kiwi?

Existen muchas maneras de comer esta fruta. La forma más fácil es partirla por la mitad y quitar la pulpa con la ayuda de una cucharilla, vaciándola gradualmente hasta dejar solamente la piel. Si se prefiere, puede pelarse como cualquier otra fruta y cortarla en rodajas horizontalmente de manera que quede muy decorativa. Esta manera es la habitual de presentarla en ensaladas o tartas. Una manera muy refrescante es servirla en forma de batido mezclado con leche y un poquito de miel. En Nueva Zelanda tienen un plato, llamado merengue Pavlova, en el que esta fruta juega un papel fundamental. Combina muy bien con el queso de manera que un plato con unos trocitos de queso y unas rebanadas de kiwi resulta delicioso y muy digestible.

La ventaja del kiwi con respecto a muchas otras frutas es que, una vez cortado puede aguantar mucho mas tiempo hasta que pierda el color. Se mantiene verde y tierno por lo que los platos pueden prepararse un poco antes de que vengan los comensales. Dietéticamente es mejor comerlo inmediatamente para que no se produzca ninguna perdida de vitamina C.

Es mejor comprar aquellos que se encuentran un poquito blando al tacto, lo cual es síntoma de que están bien maduros. Los que están muy fuertes al tacto es porque están demasiado verdes.


¿Quien no debe comer kiwi?

La enzima proteolítica actidina es tóxica para algunas personas que son alérgicas a la misma. Por lo tanto, las personas que tienen problemas para digerir otros alimentos que contienen enzimas proteolíticas, como las piñas o las papayas, no deberían comer kiwis.

Los kiwis son muy ricos en oxalatos. Las personas que sufren una tendencia a desarrollar cálculos renales de oxalatos de calcio deberían evitar comer alimentos ricos en oxalatos.

Los niños pequeños son especialmente sensibles a las consecuencias negativas de los oxalatos, por lo que deberían comer esta fruta con mucha prudencia.


Composición de los kiwis por cada 100 gr. (FRESCOS)
          
Agua  83,05 gr.
Calorías 65 Kcal
Grasa 0,44 gr.
Proteína 0,99 gr.
Hidratos de carbono 14, 8 gr.
Fibra  3,4 gr.
Potasio 332 mg
Fósforo 40 mg
Hierro 0,4 mg
Sodio 5 mg
Magnesio 30 mg
Calcio          26 mg
Vitamina C 98 mg
Vitamina E 1100 mg
Vitamina A 175 UI
Vitamina B1 (Tiamina) 0,020 mg.
Vitamina B2 (Riboflavina) 0,050 mg
Niacina 0,5 mg


SIEMPRE CONSULTA A TU MEDICO, para que mantengas tu cuerpo sano; “Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer” (Génesis 1:29). “He aquí Yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré y les revelaré abundancia de paz y de verdad” (Jeremías 33:6), “¿o ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1 corintios 6:19).

“Gracia y Paz”
Publicado por: Carlos Martínez M.
Fuente: Botanical.

LA PORNOGRAFÍA Y EL CRISTIANO



Mateo 5:27, 28 
“Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”.

ANTE LA PORNOGRAFÍA EL CRISTIANO "TIENDE A AUTOJUSTIFICARSE”

Aunque nosotros como cristianos no debemos de apoyarnos en la psicología, quisiéramos citar el enfoque de la psicóloga Lidia Martín (miembro de una iglesia evangélica de Madrid), quien explica las consecuencias y equipara el consumo de sexo online a la infidelidad matrimonial.

Los cristianos no sólo tienen un consumo de pornografía parecido a la media social, sino que además tienden a justificarlo. Es una de las conclusiones del análisis que hace la psicóloga Lidia Martín, que ha investigado esta problemática desde su praxis profesional. Explica que lo grave de visionar sexo online es que “cada vez se necesitarán contenidos más explícitos, más agresivos y, lo peor, se considerará que son normales, tolerables”.

La accesibilidad desde Internet, la comodidad de un consumo desde casa y el hecho de que los contenidos sean, en muchos casos, gratuitos. “Estos factores, sin duda, contribuyen al uso de la pornografía”. “No hace falta hacer grandes esfuerzos para cruzarse con archivos de este tipo incluso sin buscarlos o buscando cosas mucho más inocentes y absolutamente desligadas del tema. Tener el ordenador delante y no tener que dar ninguna clase de explicación respecto a lo que se consume, facilita su uso (no como ocurre, por ejemplo, al comprar una revista de este tipo en un kiosco, en que pedírsela al Kiosquero y además correr el riesgo de que algún vecino pueda toparse contigo en ese preciso momento)”.

Este uso tan “cotidiano” que se puede dar de los contenidos sexuales online no deben hacernos olvidar, sin embargo, que el riesgo es importante. “Este terreno es tan altamente adictivo que, al igual que sucede con otras cosas, los primeros contactos suelen ser gratuitos para convertirse después en interacciones o visionados de pago”.

La pornografía se parece a otras drogas en que, a la larga, el cuerpo se acostumbra y genera tolerancia: “La persona se acostumbra a cierto contenido y necesita ir subiendo la temperatura y el calado de lo que ve”, explica Martín.

“SON MUCHOS LOS CONSUMIDORES CRISTIANOS”

¿Cómo es la problemática entre cristianos? Martín explica que la realidad es bastante decepcionante. “Esperaríamos que entre cristianos esto no existiera o que, al menos, no fuera tan frecuente como lo es fuera de nuestras filas. Sin embargo, son muchos los consumidores cristianos de pornografía, aunque lógicamente no se habla abiertamente de ello”.

La psicóloga explica por qué, en su opinión, la diferencia con personas “no religiosas” es tan pequeña: “Los cristianos somos personas como cualquier otra, con las mismas debilidades, sólo que regenerados por la sangre de Cristo. Y en ese sentido es que la cercanía con el Señor y poner nuestra mirada en Sus cosas son la única protección real con la que contamos en estos casos. Somos igual de débiles, entonces, que cualquier otro y privarnos del uso de estas cosas es más una cuestión de obediencia que de falta de tentaciones”.

Otro factor que según Martín explica la profundidad de la problemática en las iglesias evangélicas, es que “hay mucho desconocimiento de hasta qué punto esto está desaconsejado y prohibido por Dios”. Y añade: “Se tiende fácilmente a la autojustificación, a dar explicaciones en ocasiones un tanto rebuscadas para conseguir precisamente esto, ver con buenos ojos lo que no es bueno”.

PORNOGRAFÍA COMO INFIDELIDAD A LA PAREJA

Cuestionada por las consecuencias en el diario vivir de un matrimonio, Lidia Martín es clara: “Yo sí defendería que hay infidelidad en el uso de la pornografía. En el momento que se visualizan imágenes de este tipo y con la intención clara de crear lujuria y promover el deseo sexual; cuando se promueve, no la pareja, sino determinadas prácticas y a través de un foco que no es la propia pareja; cuando, por decirlo de otra forma  entra un “tercero” en escena, sea a nivel presencial o a través de una pantalla, hay una infidelidad”.

No ayuda el inventar etiquetas o diferenciar entre conceptos que en el fondo tienen la misma raíz. “Somos muchas veces excesivamente legalistas con lo que es o no una infidelidad y en el fondo no es más que una forma de autojustificar nuestros propios deseos. Parece que si no te acuestas con alguien físicamente no estás siendo infiel”. Para un cristiano, cree Martín, las palabras de Jesús son suficientemente claras, cuando dijo que quien mirara con lujuria a una mujer que no es su esposa “ya adulteró con ella en su corazón”.

“De ahí que tengamos que ser un poco menos benevolentes con nosotros mismos en cuanto a estas cosas. Ninguna esposa o esposo se siente contento ni feliz al ver o constatar que su cónyuge consume pornografía. No beneficia a la vida sexual de la pareja, no contribuye a la unidad del matrimonio, no favorece que nuestro deseo sexual se oriente hacia nuestra pareja  sino que, muy por el contrario, nos distancia de ella”.

CULPA QUE LLEVA A PÉRDIDA DE CONFIANZA

El sentimiento de culpa por el consumo de pornografía (tanto si se trata de una persona casada o soltera) acaba llevando a romper la confianza en las relaciones en un entorno familiar. “En muchas ocasiones cuando la persona se va embebiendo en la adicción también se va aislando. Esta es una característica habitual: cada vez el elemento adictivo ocupa más y más tiempo y facetas de la persona, hasta el punto de que termina prácticamente ‘desconectado’ de la realidad o de la faceta de la realidad correspondiente con el tema en cuestión”.

Sobre la culpa que esto genera, Lidia Martín habla de dos reacciones habituales. “Dependiendo de qué tipo de culpa sea la que se hace presente, pueden pasar varias cosas: la culpa que lleva a la confesión y al perdón puede ser que al principio se presentara en forma de aislamiento, pero termine buscando el acercamiento con el cónyuge, la búsqueda de soluciones y el abordaje del problema”.

Pero cuando la culpa no se gestiona adecuadamente, “cuando lejos de buscar la confesión y el perdón lo que se busca es la ocultación y la permanencia de la conducta adictiva, el aislamiento y el distanciamiento de la familia están prácticamente garantizados”.

EFECTOS EN LA SOCIEDAD

Ante toda esta realidad, se plantea una pregunta preocupante: ¿Qué efecto tendrá a nivel social el consumo generalizado de pornografía que, según todos los informes, se está dando ahora mismo entre la amplia mayoría de los menores de edad?

“Una de las cuestiones que ya estamos contemplando, no sólo en los jóvenes, sino en los muchos adultos que la consumen, es una banalización de la sexualidad y de las implicaciones del uso de la pornografía”. Relativizar el problema no ayuda. “Parece que no pasa nada, pero sí pasa. Uno de los efectos más evidentes y que acarrea también consecuencias en otros ámbitos es, principalmente, el hecho de que se ven las relaciones sexuales como algo puramente utilitario, para cubrir una necesidad personal inmediata, pero poco o nada tiene que ver el amor o el afecto por el otro”.

Las principales afectadas serán las mujeres. “Se tiende a la degradación de la mujer”, explica Martín, “ya que son principalmente hombres los que hacen uso de estas imágenes y se la cosifica”. El efecto en los consumidores es de largo plazo: “Pensemos que normalmente este es un camino con difícil retorno, ya que se crean imágenes mentales que son imborrables, fácilmente reproducibles una y otra vez y que generan tolerancia, por lo que la adicción avanza sola”.

El consumo repetido ahonda en el problema. “En ese sentido, cada vez se necesitarán contenidos más explícitos, más agresivos y, lo peor, se considerará que son normales, tolerables”.

“Muchos de los comportamientos que estas imágenes muestran son vejatorios para una de las partes y es peligroso acostumbrarse a ello y considerar que constituyen la normalidad y no la anormalidad”, concluye la psicóloga.

1 Tesalonicenses 4:1-5; Hebreos 13:4
"Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más. Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús; pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios... Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios".

“Gracia y Paz”
Fuente: Protestante Digital




RESEÑA BIOGRÁFICA
Lidia Martín Torralba es miembro de una iglesia evangélica de Madrid, es Licenciada en Psicología y Máster en Psicología Clínica y de la Salud por la Universidad Complutense de Madrid.

Desarrolla desde hace años su profesión en la atención psicológica desde la clínica privada, combinando estas labores con otras facetas como la docente y escritora.

Colabora habitualmente con entidades como la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), la Universidad Complutense de Madrid (en el Curso de Verano «Intervención en Catástrofes y Emergencias») y otras varias, como la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid. especialmente en programas de prevención y elaboración de materiales.

Ha participado como psicóloga en la redacción de un libro de la reconocida colección de Psicología Clínica de la Editorial Síntesis, “Primeros Auxilios Psicológicos”, incluido dentro de la sección de guías técnicas. El otro coautor es Manuel Muñoz, profesor titular de la Universidad Complutense de Madrid.

NINGUNA CONDENACIÓN



Romanos 8:1-4
“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”.

Algunos creyentes están turbados por sentimientos de condenación. O bien piensan que nunca estarán a la altura de las expectativas de Dios para ellos, o están casi a punto de ahogarse en la culpa por sus pecados del pasado. Estas personas no parecen librarse del sentimiento de que Dios está molesto por sus insignificantes esfuerzos de parecerse más a Cristo.

El libro de Romanos confronta esta mentira: “Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Romanos 8:1). Cuando el Salvador fue a la cruz por nosotros, quitó de nuestros hombros la culpa, y nos convirtió en justos delante de Dios. Esos sentimientos de condenación ya no son nuestros; son de Satanás. Éste acentúa nuestros sentimientos de culpa y de incompetencia, y luego sugiere que así es como el Señor piensa de sus “hijos descarriados”. Nada puede estar más lejos de la verdad. Nuestros pecados fueron borrados, y hemos sido escogidos y amados por Dios.

La condenación es solo para quienes rechazan al Señor (Juan 3:36). El pecado es una sentencia de muerte (Romanos 6:23). Cualquiera que elija aferrarse al pecado en vez de buscar el perdón divino, sufrirá el castigo: la separación eterna de Dios. Dos sinónimos de condenar son “denunciar” y “maldecir”. Esas palabras describen la declaración de Jesús en cuanto a los incrédulos, en Mateo 25:41: “Apartaos de mí, malditos”.

No hay ninguna condenación para quienes reciben a Cristo como Salvador. El castigo del creyente ya ha sido pagado, y ya no tiene culpa delante de Dios. Confíe en el amor de Jesucristo, y no haga caso de las mentiras de Satanás. Los hijos de Dios están cubiertos por su gracia y el sacrificio en la cruz.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

PERMANECER FIRME



Filipenses 2:15-16
“… resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida…”

Mientras esperaba para girar a la derecha en un cruce muy transitado, apareció una ambulancia en la cima de una colina, a toda velocidad y en la misma dirección que yo. Alguien tocó la bocina desde atrás para que yo avanzara. Sabía que la ambulancia no se detendría y que, si giraba, podría ocurrir un desastre. Así que, mantuve el pie en el freno y me quedé donde estaba.

Espiritualmente hablando, debemos «quedarnos donde estamos» y permanecer fieles a Dios aunque los demás nos presionen. El rey Salomón tuvo que aprender esto a la fuerza. Comenzó su reinado pidiéndole a Dios sabiduría (1 Reyes 3:9), y su oración al dedicar el templo reveló su lealtad (8:23, 61), pero no mantuvo su consagración. Se casó con muchas mujeres extranjeras que, a la larga, lo indujeron a adorar a otros dioses. Cerca del final de su vida, «su corazón no era perfecto con el Señor su Dios» (1 Reyes 11:1-6; Nehemías 13:26).

En la actualidad, al igual que en los tiempos antiguos, la gente puede inducirnos a ser desleales a Dios y su verdad. Sin embargo, con la ayuda del Señor, podemos permanecer aferrados a la palabra de vida (Filipenses 2:16). Si te sientes presionado a entrar en una peligrosa intersección de creencias, estudia la Palabra de Dios, ponte su armadura (Efesios 6:10-18) y pídele al Espíritu Santo que te ayude (1 Corintios 2:10-12). Después, permanece firme con tus hermanos en Cristo.

Para evitar que te empujen hacia el error, mantente bien aferrado a la verdad.

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LEA: 1 Reyes 11:1-13

Biblia en un año: Lucas 14–17
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“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario

EL PRÍNCIPE DE LOS PASTORES NOS DARÁ LA CORONA INCORRUPTIBLE



1 Pedro 5:4
Y cuando apareciere el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.

El “Príncipe de los pastores” es Jesús. Recuerda que él dijo en Juan 10:11: “Yo soy el buen pastor” y el Salmo 100:3 dice: “Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado”.

El apóstol Pedro dice aquí que todos los que trabajan fielmente por Cristo recibirán una corona de gloria. Todos sabemos que bien se siente cuando nos reconocen por un trabajo bien hecho, pero apenas podemos imaginar el gozo y la bendición cuando recibimos una corona de gloria del Señor mismo, y oímos las palabras, “Bien, buen siervo y fiel” Mateo 25:21. Pero también recordemos que va a decir “Al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera, allí será el lloro y el crujir de dientes” Mateo 25:30.

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día