Génesis 2:17
“Mas del árbol de la ciencia del
bien y del mal no comerás…”
«Muy bien, estas son las reglas
—dijo Marty—. Pueden hacer todo lo que quieran, donde quieran y cuando quieran,
hasta que alguien les diga que no».
Esas fueron las instrucciones la
primera vez que visitamos la casa del lago de nuestros amigos. A Marty y a su
esposa Lynn les encanta recibir visitas y darles libertad para que disfrutaran.
Cuando vimos el bote de vela junto a la bicicleta de agua al lado del barco
flotante, supimos que íbamos a divertirnos toda la tarde.
Marty nos dijo «no» una sola vez:
cuando vio que íbamos a darles de comer a los cisnes que nadaban a nuestro
lado. Sabía que si los alimentábamos una vez, después se volverían agresivos si
no seguíamos haciéndolo.
Adán y Eva vivían en un lugar
extraordinariamente hermoso, y también tenían muchísima libertad. Sin embargo,
cuando Dios dijo que no, se resistieron (Génesis 3). Les dijo que no comieran
de un determinado árbol, pero pensaron que ellos sabían más que Él.
Muchos de nosotros habríamos
congeniado bien con Adán y Eva. A veces, no entendemos por qué nuestro Padre
celestial dice «no». Cuando eso suceda, Él puede ayudarnos a comprender.
Necesitamos entender que aun cuando nos niega algo, nos susurra al corazón:
«Puedes confiar en mí. Yo sé qué es lo mejor para ti».
Dios
tal vez no nos dé lo que pedimos, pero nunca defraudará nuestra confianza.
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LEA: Génesis 3:1-7
Biblia en un año: Hechos 15–16
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“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario
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