1 Corintios 15:55
“¿Dónde está, oh muerte, tu
aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?”
He oído personas que dicen: «No
tengo miedo de morir porque sé que voy al cielo; ¡lo que me aterroriza es el
proceso hasta llegar a la muerte!». Sí, como creyentes, anhelamos ir al cielo,
pero quizá tengamos miedo de morir. Admitir esto no debe avergonzarnos. Es
natural tenerle miedo al dolor que acompaña a la muerte, a separarnos de los
seres amados, al posible empobrecimiento de nuestra familia y al remordimiento
por las oportunidades terrenales perdidas.
¿Por qué los que han aceptado a
Jesús como Salvador no deben temerle a la muerte? Porque Cristo resucitó de la
tumba, y nosotros, que estamos en Él, también resucitaremos. Por esta razón,
Pablo proclamó en 1 Corintios 15:56-57: «El aguijón de la muerte es el pecado,
y el poder del pecado es la ley; pero a Dios gracias, que nos da la victoria
por medio de nuestro Señor Jesucristo».
El proceso de morir en sí es solo
un paso que nos escolta a la eternidad con Dios. Cuando «[andemos] en valle de
sombra de muerte», podemos confiar en la promesa de la Palabra de Dios: «tú
estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento» (Salmo 23:4). Aquí
la idea es que el Señor va a nuestro lado, y que nos consuela y nos guía
mientras nos escolta por el oscuro valle hasta «la casa del Señor» (v. 6). Allí
viviremos con Él para siempre, Amen.
La
muerte es la última sombra antes del amanecer del cielo.
--------------------------------------
LEA: Salmo 23
Biblia en un año: Mateo 8–11
--------------------------------------
“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario
No hay comentarios:
Publicar un comentario