Salmo 137:7-8
“Oh Jehová, recuerda contra los
hijos de Edom el día de Jerusalén, Cuando decían: Arrasadla, arrasadla Hasta
los cimientos. Hija de Babilonia la desolada, Bienaventurado el que te diere el
pago De lo que tú nos hiciste”.
David fue un hombre que enfrentó
problemas todo el tiempo. Sus salmos expresan las luchas y frustraciones, pero
al final, siempre volvía su enfoque a Dios. La clave de su victoriosa actitud
era su fe firme en el Señor.
David confiaba en el propósito de
Dios. Por eso pudo decir: “Jehová cumplirá su propósito en mí” (v. 8). La única
manera cómo podemos avanzar en medio de las dificultades y no ser derrotados,
es manteniendo nuestro enfoque en el Señor y su propósito. Él ha prometido
hacer una buena obra en nuestras vidas, pero a veces la única manera de hacerlo
es en los valles de las dificultades.
David confiaba en el poder de
Dios. Cuando surgen los problemas, nosotros, también, podemos confiar en que
Dios nos salvará, pero puede que no sea escapando de ellos. A veces, Él nos
sostiene en medio de la dificultad, acompañándonos en cada paso del camino.
David creía en las promesas de
Dios. En estos dos versículos, él se recuerda a sí mismo lo que hará el Señor.
Nosotros también tenemos promesas de las Escrituras, que nos sirven de ancla en
tiempos difíciles. Las verdades de la
Biblia son nuestra posesión más valiosa. La confianza en sí
mismo o el consejo de los demás nunca serán iguales a la ayuda que nos ofrece la Palabra de Dios.
Dios asume toda la
responsabilidad en hacer lo que nos atañe en tiempo de dificultades. A usted le
corresponde creer que Él cumplirá su propósito y promesas, y que su poder es
suficiente. Cuando la prueba ha logrado su propósito, Él la quitará. Mientras
tanto, siga caminando con sus ojos puestos en Él.
“Gracia y Paz”
Meditación Diaria
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