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jueves, 6 de septiembre de 2012

VELANDO CON JESÚS


Mateo 26:38
"Velad conmigo"

“Mantente despierto, sin que cuente ninguno de tus puntos de vista personales; vela única y enteramente conmigo”.

Durante las primeras etapas de nuestra vida cristiana no velamos con Jesús sino que nos mantenemos en vigilia por Él. No velamos con Él mediante la verdad revelada en la Biblia, en medio de las circunstancias de nuestra vida. Nuestro Señor está tratando de que nos identifiquemos con Él a través de la experiencia de un "Getsemaní" personal, pero no queremos ir, y decimos: "No, Señor, no logro ver el significado de lo que está ocurriendo. Además, es muy doloroso". ¿Como es posible que velemos con alguien que es inescrutable? ¿Como comprenderemos a Jesús lo suficiente para velar con Él en su Getsemaní, cuando ni siquiera sabemos por qué está sufriendo? No sabemos como velar con Él. Solamente estamos acostumbrados a la idea de que Jesús vela con nosotros.

Los discípulos amaban a Jesucristo hasta el límite de su capacidad natural, pero no comprendían completamente su propósito. En el jardín de Getsemaní se durmieron debido a su propio dolor, pero después de tres años de la más cercana e íntima relación, finalmente "todos los discípulos, dejándolo, huyeron", Mateo 26:56.

"Todos fueron llenos del Espíritu Santo", Hechos 2:4. "Todos" se refiere a las mismas personas que huyeron, pero algo maravilloso había sucedido en el intermedio: la muerte, resurrección y ascensión de nuestro Señor, y el hecho de que los discípulos fueran invadidos, o "llenos" del Espíritu Santo. Nuestro Señor les había dicho: "Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo", Hechos 1:8. Esto significa que aprendieron a velar con Él por el resto de sus vidas.

“Gracia y Paz”
Pan de Vida

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