¡No lo vemos, pero sabemos que él está allí! El mismo
ángel del Señor que destruyó a los enemigos de Israel ahora está peleando para
ganar la batalla espiritual que se libra alrededor de ti y de mí.
Oración:
Amado Padre, aumenta mi fe, para creer que tus mensajeros
celestiales me rodean y me defienden. Quiero entregarme a ti con gloria y gran
gozo Señor. Gracias por tu protección, en el nombre de Jesús, Amén.
¡Gracia y Paz!
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