El Titanic se hundió por haber desafiado a Dios diciendo
que "éste barco ni el dedo de Dios lo podía hundir". Así mismo le
pasó a Nabucodonosor al decir: "Ésta es la gran Babilonia que yo edifique
con la fuerza de mi poder y para la gloria de mi majestad. Aún estaba la
palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo:"A ti se te
dice, rey Nabucodonosor: el reino ha sido quitado de ti; y de entre los hombres
te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los
bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas
que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da aquien Él
quiere." Daniel 4:30-32.
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