Marcos 12:31
“…Amarás a tu prójimo como a ti mismo…”
¿Cómo puedes amar a tu prójimo, si primero no lo haces
contigo mismo?
Para amarte a ti mismo es importante perdonarte por todos
tus errores y equivocaciones. Que tengas la certeza de que si Dios ya perdonó tus
pecados, los olvidó y los enterró en el fondo del mar (Miqueas 7:19) ¿Quién eres
tú para no perdonarte a ti mismo(a)? Solo cuando te perdones a ti mismo(a),
estarás sanando tu relación contigo mismo(a) y sentirás que te quitarán un gran
peso de encima.
Ese proceso es muy doloroso, porque implica ser honesto(a)
con uno mismo y eliminar el obstáculo más grande que tenemos: Nuestro propio
EGO. Para combatir con ese gigante debemos humillarnos ante Dios, ponernos a cuentas
con él, y tener la seguridad de que no importa que tan horribles sean nuestros pecados,
si nos arrepentimos de corazón y se los confesamos, él los perdonará y jamás se
volverá a acordar de ellos; no importa lo que haya sido, la sangre de Jesús y
la misericordia de Dios tienen poder para perdonar, limpiar y olvidar toda
nuestra maldad. Amén.
¡Gracia y Paz!
No hay comentarios:
Publicar un comentario