¿NO TE GUSTA LA DISCIPLINA DE DIOS?
Hebreos 12:5-6
“Hijo mío, no tomes a la ligera la
disciplina del Señor ni te desanimes cuando te reprenda, porque el Señor
disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo”.
“¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina?” (Hebreos
12:7). Si no lo hiciese, pensaríamos que poco le interesamos. Hemos aprendido a
respetar a los padres terrenales con disciplina, entonces no hay por qué
rechazar la de nuestro Padre celestial que es la que nos conduce a la santidad
(Hebreos 12:9-10).
¡Qué gran satisfacción sentimos cuando nuestros hijos
crecen y miramos lo que son! En verdad nos sentimos orgullosos y pensamos:
‘gracias Dios porque hice bien la tarea con ellos’. De igual manera lo hace el
Señor: su fidelidad lo lleva a completar la buena obra en cada uno de sus hijos
(Filipenses 1:6). Cuando estamos viviendo diferentes pruebas, podemos llegar a
pensar que Dios no nos ama porque nos trata con dureza, pero más tarde
comprobaremos los buenos resultados de su corrección. “Ciertamente, ninguna
disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa;
sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han
sido entrenados por ella” (Hebreos 12:11). E incluso muchas veces nuestro Padre
permite una situación aparentemente desagradable, con el fin de prevenirnos de
otras peores.
Tenemos que aprender a ser sabios y no ver la disciplina
como castigo sino lección. Después cosecharemos frutos de entereza y rectitud,
llenos de la tranquilidad y regocijo que nos producirán nuevos aires para
renovar las fuerzas debilitadas y continuar por la senda correcta (Hebreos 12:12-13).Todos
necesitamos ser disciplinados por Dios.
¡Gracia y Paz!
Síguenos en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario