Hoy caminamos por sendas tan peligrosas que a lo malo le
llaman bueno y a lo bueno malo, “mirad, guardaos de la levadura de los fariseos
y de los saduceos” (Mateo 16:6), pero pocos se ponen a comparar con la Biblia lo
que se dice desde los pulpitos, allí es donde radica el problema, porque creerán
que lo que escuchan es de Dios.
Debemos volver a las Santas Escrituras, las únicas que
nos llevaran a la verdad y nos harán libres de la ignorancia y del pecado. Que
nuestra oración cotidiana sea para que el Señor nunca se aparte de nuestro lado
y nuestro compromiso sea el de buscarlo y conocerlo cada día mejor.
¡Gracia y Paz!
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