“Reconozcan que el Señor es Dios;
él nos hizo, y somos suyos. Somos su pueblo, ovejas de su prado” (Salmo 100:3).
Mientras estábamos en el
vientre de nuestras madres, nos hizo con tierno cuidado con el propósito de
vivir y nos ha dado la promesa de estar con nosotros a cada paso. Dios nos
cuida, aún más que el mejor pastor cuida a su rebaño. ¡Vivamos como los que
conocen a nuestro guía, creador y rey! Demostremos su personalidad, compartamos
su gracia, extendamos su misericordia y ofrezcamos su perdón. ¡Demostremos que
le pertenecemos a Él!
Oración
Estoy verdaderamente agradecido, Amado Señor, que tú seas Dios. Gracias
por ser mi pastor, mi Padre y mi Héroe. Ayúdame, por favor, a demostrar de
manera sincera tú ser y bondad a los que me rodean. En el nombre de Jesús,
Amén.
¡Gracia y Paz!
La Luz del Alma
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