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miércoles, 15 de junio de 2016

¡TODOS TENEMOS UNA PUERTA DE SALIDA!



Cuando se nos presenta una necesidad todos queremos encontrar a toda costa una puerta de salida ¡Ojalá así fuera cuando enfrentamos una tentación!  La tentación es el impulso a hacer algo que no es correcto delante de Dios y, como se caracteriza por ser atractiva e irresistible, es difícil negarnos, por lo cual muchos cedemos a la invitación.

"No os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser probados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la prueba la salida, para que podáis soportarla" (1 Corintios 10:13).

Es alentador saber que Dios proveerá una salida cuando enfrentemos un momento de tentación, una forma de escapar; lo que indica que aunque tengamos deseos o estemos a punto de fallar, Él continúa pendiente de nosotros.

Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén. Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa. Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo. Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella (2 Samuel 11:1-4).

David fue tentado al ver desde su terrado a una mujer hermosa bañándose y no pudo resistir la tentación de preguntar por aquella mujer. En ese momento recibió una advertencia: “es esposa de uno de tus servidores” ¡Esta era la puerta de salida que Dios le dio! Betsabé era  casada y por lo tanto era prohibida; además, era mujer de uno de  los siervos que se encontraban luchando en la guerra por su nación, por consiguiente, había un mayor motivo para respetar a la esposa de Urías. Lamentablemente David ignoró la puerta de salida.

En la Biblia dice: "Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil" (Marcos 14:38).

Israel se encontraba en guerra y David estaba durmiendo, mandó a todos a la batalla pero él no fue. Después de dormir todo el día se le presentó la tentación a la que no pudo resistir. Es por este motivo que Jesús nos pide que estemos despiertos y oremos porque nuestra carne es débil; David olvidó que se encontraba en una guerra y por tanto fue un blanco fácil del enemigo.

Si estás enfrentando situaciones de tentación, debes estar alerta a las advertencias o puertas de salida que te brinda Dios. Ponte de rodillas y dedica un tiempo considerable a la oración, porque somos débiles pero la oración nos fortalece.

Si eres tentado ¡ora! Porque si eres débil con Jesús serás fortalecido.


¡Gracia y Paz!
   

Shirley Chambi

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