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martes, 24 de febrero de 2015

¿OBEDECES EN TODO AL SEÑOR?



Lucas 5:1-11
“Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron”.

Aquí vemos una situación en la que Simón probablemente se vio tentado a decir que no. Después de todo, él había estado toda la noche trabajando sin haber pescado nada, y con seguridad estaba cansado y con deseos de irse a casa a descansar. Sin embargo, persuadido por las palabras de Jesús, Simón fue receptivo aún en contra de lo que su razonamiento le indicaba. Y esto abrió las puertas para las bendiciones que vendrían después. Esta historia destaca varias verdades fundamentales:

1. Obedecer a Dios en las cosas pequeñas es un paso esencial para recibir grandes bendiciones.
La primera petición de Jesús, es decir que apartara la barca de tierra un poco, fue simple, pero era el primer paso para lo que vendría después.

2. Obedecer a Dios requiere en ocasiones hacer algunas cosas que quizás no nos parezcan razonables. Simón era un experimentado pescador. Había pasado toda la noche en ese lugar sin pescar absolutamente nada. No tenía sentido echar las redes de nuevo. Sin embargo, siguió las instrucciones del Señor.

3. Obedecer a Dios nos asegura que nunca seremos defraudados. La pesca fue tan abundante que las redes se rompían. Pero aun más importante, este Simón, a quien más tarde el Señor le llamó Pedro fue uno de sus discípulos más cercanos durante su ministerio en la tierra.

¿Alguna vez has dejado de obedecer la Palabra de Dios en algo que has considerado “insignificante” o “de poca importancia”? Si es así, es muy probable que te hayas perdido de grandes bendiciones. Desde hoy hazte el firme propósito de obedecer la voluntad de Dios, aún en aquellas pequeñas cosas que parecen intrascendentes, y haz todo lo que el Señor te pida en su palabra que hagas. De esta manera, estarás asegurando muchas bendiciones para ti y tus seres queridos.

ORACIÓN:
Padre santo, te ruego me perdones por las veces que te he desobedecido, aún en aquellas cosas que yo he considerado sin importancia. Ayúdame a obedecerte siempre sin aplicar mi razonamiento o mis propias conclusiones. En el nombre de Jesús, Amén.

¡Gracia y Paz!

Dios te Habla

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