Un matrimonio saludable no es un matrimonio perfecto, es uno que sabe
manejar los conflictos. Todos los matrimonios del mundo tienen conflictos. Eso
es totalmente normal. Algunos tienen más conflictos que otros y algunos tienen
conflictos más fuertes que otros, pero todos tenemos conflictos.
Un matrimonio acabado no es uno que tenga conflictos, un matrimonio acabado
es uno que se rinde. La diferencia entre los matrimonios saludables y los que terminan en un divorcio, es que los
matrimonios saludables tienen las herramientas para manejar los conflictos con
éxito, aunque algunas veces no sea tan fácil.
El sentimiento del amor muchas veces no es suficiente para sostener un matrimonio
si no saben manejar los conflictos.
¡Muchas parejas han terminado su matrimonio amándose!
José y Ana era una pareja que tenía todo para ser feliz, se amaban mucho,
eran miembros de una Iglesia saludable, conocían del Señor y su palabra, tenían
muy buena estabilidad financiera, tenían buenas amistades y una familia que les
amaba mucho. Sin embargo, no sabían manejar sus conflictos y frecuentemente
terminaban lastimándose mutuamente y desgastándose en su relación.
Varias veces hablaron de divorcio como la única salida.
El caso de José y Ana es lamentablemente muy común hoy en día, con
condiciones más o menos parecidas. Cuando los matrimonios no logran resolver
los conflictos satisfactoriamente, la relación se va deteriorando y
experimentan una sensación de cansancio emocional que les puede inducir a tomar
muy malas decisiones.
Josue 1:8-9:
“Nunca se apartará de tu boca este libro de la Ley , sino que de día y de
noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que está
escrito en él, porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien.
9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes,
porque Jehová, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas”.
La solución a todos los conflictos personales está
en la palabra de Dios, pero la verdad real demostrada es que aun conociendo la
palabra, muchas personas no logran
identificar la revelación del mensaje divino de quien nos diseñó y nos creó
para resolver los conflictos; o no tienen la convicción suficiente para
obedecer el mandamiento del Señor.
Hebreos 12:15
“Mirad bien, para que ninguno deje de alcanzar la gracia de Dios, y para
que no brote ninguna raíz de amargura que os perturbe y contamine…”.
Frecuentemente hay raíces de amargura que hasta desconocemos
conscientemente y nos limitan en nuestra vida cristiana o nos perturban y nos
impiden alcanzar la gracia de Dios y la revelación de su palabra. Entonces necesitamos
ser guiados por siervos de Dios que tienen el conocimiento y la experiencia y
lo han demostrado con su propio ejemplo, en su propio hogar. Existen consejeros
cristianos que tienen la capacidad
para ayudarnos a lidiar con raíces de amargura, votos internos, sanidad
interior y conceptos erróneos en nuestro sistema de creencias.
No esperes más… si tu matrimonio está pasando dificultades y sientes que
hay conflictos difíciles de resolver, no esperes más. Busca ayuda de inmediato
con un Consejero de matrimonios, calificado (de preferencia Cristiano), y
dispónganse a obedecer las instrucciones que reciban. Además necesitan concientizar
en obedecer las instrucciones bíblicas sin condiciones ni excusas.
Muchos matrimonios no han tomado la decisión de buscar ayuda a tiempo y
esperan hasta cuando ya está muy deteriorada la relación para buscar esa ayuda
y muchas veces ya es muy tarde.
Si tu matrimonio marcha bien, procura fortalecerlo con más conocimiento y
vida espiritual juntos para mantener su relación protegida de cualquier ataque
o circunstancia que pueda aparecer en la vida. Tu matrimonio y tu familia es el
regalo mas preciado que Dios te ha dado. Cuídalo.
“Gracia y Paz”
Edición: Carlos Martínez M.
Luis y Hannia Fernández