Hebreos 12:14
“Seguid la paz con todos, y la
santidad, sin la cual nadie verá al Señor”
¿Y cómo hacer para estar entre
los que serán tomados? La
Biblia dice que debe permanecer en el Señor, debe ser de Él,
pues si no permanece cuando el Señor venga lamentablemente se quedará, así haya
predicado toda la vida, si ha diezmado y ofrendado, si ha asistido toda la vida
a la iglesia y ha levantado templos, así haya hecho muchas obras de caridad se
quedará.
No somos salvos por las obras o
por el ministerio que haya desarrollado a favor de la humanidad, la Biblia dice que debemos
estar en Cristo para no ser avergonzados el día de su venida. “Y ahora hijitos,
permaneced en Él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que
en su venida no nos alejemos de Él avergonzados”, 1 Juan 2:28. Hay que estar en
Él, ser de Él, vivir con Él, para que cuando se manifieste tengamos confianza.
“A fin de presentársela a sí
mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante,
sino que fuese santa y sin mancha”, Efesios 5:27. “Bienaventurado y santo el
que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad
sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con Él
mil años”, Apocalipsis 20:6. “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la
cual nadie verá al Señor”, Hebreos 12:14. Nos damos cuenta que no es la
posición social, cultural, intelectual, de familia, apellido o sector donde
vivamos la que nos garantiza que vamos a pasar la eternidad con Dios, la que
nos garantiza es “la santidad, sin la cual nadie vera al Señor”.
“Velad, pues, en todo tiempo
orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que
vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre”, Lucas 21:36. La tarea
del cristiano es velar, no puede estar haciendo otra cosa, tiene que estar a la
expectativa, no se puede dormir, no se puede entretener en otra cosa, debe
estar velando las 24 horas del día y debe estar orando y pidiendo a Dios
diciendo: “Señor ayúdame a perseverar, que las pruebas, las dificultades, los
problemas no me dobleguen, que el mal genio no me doblegue, que mi carácter sin
refrenar y sin domar por tu Espíritu no me vaya a dejar cuando vengas; que
cuando suene la trompeta, yo sea hallado digno de partir de este mundo”.
Porque si no somos hallados
dignos no podremos partir de este mundo y nos quedaremos aquí con los que no
obedecieron, bajo el dominio del anticristo, bajo el dominio de Satanás, con
esos quedarán aquellos que no obedecieron, pero también leemos: “Por tanto,
también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora
que no pensáis”, Mateo 24:44. Tal vez
usted no crea que a esta hora el Señor puede venir, que en este mismo momento
puede sonar la trompeta, ojala fuera en este momento, ojala fuera el momento
bienaventurado, cuando partiríamos de aquí a la presencia del Señor, su alma,
mi alma volarían.
A veces preguntamos y ¿cuándo
vendrá? La Biblia
en Marcos 13:32-33 nos dice: “Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun
los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. Mirad, velad y
orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo”. La Biblia dice que nadie lo
sabe así que si alguien le dice que la venida es en el mes entrante o si le dan
una fecha dígale mentiroso, hereje… eso no lo sabe nadie, eso es sorpresivo, Él
viene en cualquier momento, puede ser en la mañana o al medio día, al anochecer
o a cualquier hora, por eso hay que estar preparados. “Velad y orad; porque no
sabéis cuándo será el tiempo”.
“Gracia y Paz”
Verdadera Vida Cristiana