Salmo 34:8-10
“Gustad, y ved
que es bueno el Señor; dichoso el hombre que confía en él. Temed al Señor,
vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen. Los leoncillos
necesitan, y tienen hambre; pero los que buscan al Señor no tendrán falta de
ningún bien”.
Debemos tener la
seguridad de que Dios ama a sus hijos en gran manera. Él conoce todos nuestros
defectos y debilidades, sin embargo cuando recibimos a Jesucristo como nuestro
salvador, somos adoptados como sus hijos (Gálatas 4:5). Y a continuación dice:
“Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por
medio de Cristo” (Gálatas 4:7). Es decir, ahora tenemos el enorme privilegio de
acercarnos al Dios del Universo como sus hijos que somos y disfrutar de su
santa presencia. ¿Estás tú experimentando el gozo y la libertad que surgen de
saber que Dios te ama por ser su hijo? Si no es así, considera los siguientes
factores que pueden estar impidiendo que disfrutes de ese gozo:
• El pecado. El pecado nos separa de
Dios, y por lo tanto nos impide disfrutar de su presencia. Sin embargo, la Biblia dice en 1 Juan 1:9
que “si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados, y limpiarnos de toda maldad”. Si hay algún pecado que no has
confesado, confiésalo de corazón delante del Señor y él te perdonará. De esta
manera restableces tu comunión con él.
• La falta de conocimiento. No podemos
tener una íntima comunión con el Señor si no le conocemos. Por medio de la
lectura de la Biblia
y la oración diariamente podemos llegar a conocer a Dios. De esta manera
sabemos cuáles son nuestras responsabilidades como sus hijos, qué espera él de
nosotros y lo que debemos hacer para agradarle y lo que no debemos hacer que
puede contristar su Santo Espíritu.
• El temor a Dios. Satanás quiere que le
tengamos miedo a Dios para que vacilemos en nuestra relación con él. Pero no
debemos temer a nuestro Padre celestial, porque él nos ama incondicionalmente,
de tal manera que dio a su único Hijo por salvarnos de la condenación eterna.
El pasaje de hoy nos dice: "Temed al Señor", pero este temor no
significa “miedo”, sino reverencia y respeto absoluto a Aquel que nos rescató,
que nos incorporó a su familia, y que tiene nuestro futuro asegurado en sus
manos.
• La
falta de fe.
La Biblia dice
que “sin fe es imposible agradar a Dios” (Hebreos 11:6). Es decir, no podemos
tener una buena relación con el Señor si no tenemos fe. Y Romanos 10:17 dice
que “la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. Así es que lee la Biblia , que es la palabra
de Dios, cada día de tu vida, ora pidiendo al Señor que aumente tu fe y te dé
discernimiento espiritual para entender su palabra. A medida que pongas en
práctica lo que aprendes irás entablando una relación íntima con tu Padre
celestial.
Medita en estos puntos
y en las cosas que pueden estar afectando tu comunión con el Señor, y por lo
tanto limitando el gozo que tu Padre celestial desea que tú sientas en su
compañía, y rechaza todo lo que pueda ser un obstáculo para que disfrutes de
ese gozo.
ORACIÓN:
Mi amante Padre
que estás en los cielos, gracias por tu deseo de que tus hijos disfruten de tu
compañía y por el gozo que proviene de tu Santo Espíritu. Ayúdame a rechazar
todo aquello que afecta negativamente mi comunión contigo. Te lo pido en el
nombre de Jesús, Amén.
“Gracia y Paz”
Dios te Habla
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