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domingo, 28 de abril de 2013

“¿NO RECORDÁIS?”



Marcos 8:17-18
“¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis?”

En dos ocasiones Jesús alimentó a la multitud multiplicando los panes (Marcos 6:34-44; 8:1-9), porque tuvo compasión de ella. Satisfizo dos clases de necesidades: –Sus necesidades espirituales: “eran como ovejas que no tenían pastor”. –Sus necesidades materiales: “ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer”.

Jesús recurrió a los discípulos para distribuir ese alimento a la multitud. Pero, rápido, quizás al día siguiente, esos mismos discípulos parecían no recordar lo que el Señor había hecho. Habían olvidado el poder y la gracia que manifestó al dar pan a la multitud. ¡Hablaban entre ellos como si aquel que sació a miles de personas no fuese capaz de dar pan al pequeño grupo de discípulos que se encontraba con él en la barca!

Falta de fe, olvido o desconocimiento de su amor y de su poder, ¡todo esto estaba en los discípulos! Y muy a menudo se halla también en nosotros. ¡Cuántas veces olvidamos todo lo que Jesús hizo! Estamos preocupados por nuestra vida y nuestro cuerpo (Mateo 6:25). Recordemos todo lo que Dios ha hecho por nosotros; y así, en todas las circunstancias, esto fortalecerá nuestra confianza en él y nuestro amor por él. “Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios” (Salmo 103:2). “Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús” (2 Timoteo 1:13).


“Gracia y Paz”
La Buena Semilla

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