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miércoles, 26 de diciembre de 2012

CONFIANZA EN MEDIO DE TUS PROBLEMAS



Romanos 8:28
“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.

Es increíble como en ocasiones pasamos por periodos en donde todo nos va mal, pareciera que a veces estamos en rachados para que a nuestra vida vengan problemas tras problemas.

A veces no hemos terminado de salir de uno, cuando aparece otro y la verdad es que todo esto afecta fuertemente nuestro ánimo y aunque a veces queremos creer que las cosas van a mejorar, de pronto todo se nubla y pareciera que el sol jamás va a salir.

Cuando pienso en los problemas que vienen a nuestra vida y que a veces son tan seguidos, me viene a mi mente Job, ese hombre del cual Dios tenía un muy buen concepto, pero que sin embargo tuvo que pasar por grandes problemas que le llegaron uno tras otro en muy poco tiempo.

Job perdió en un solo día, sus bueyes y burros, sus ovejas y sus pastores, sus camellos y sus esclavos y una de las perdidas más dolorosas, mueren sus diez hijos de una sola vez.

Luego Job fue víctima de una enfermedad muy difícil, además de esto su mujer se puso en su contra al verlo tirado en su enfermedad, pero me impactan las palabras que Job respondió a su mujer en medio de todas las catástrofes que estaba experimentando: “Pero Job le respondió: — “Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios” (Job 2:10).

Considero que si cada uno de nosotros tomara muy en serio las palabras de Job, pudiéramos observar la vida desde otro punto de vista, Job dijo: “Si aceptamos todo lo bueno que Dios nos da, también debemos aceptar lo malo” que sabias palabras de un hombre que esta pasando por uno de los mayores problemas que un ser humano puede experimentar.

¿Cómo enfrentamos nosotros nuestros problemas?, ¿Qué es lo primero que hacemos?, seamos sinceros, la mayoría de nosotros cuando nos enfrentamos a esos problemas de los que no quisiéramos enfrentar, lo primero que pensamos es: ¿Dónde está Dios?, ¿Por qué permite que esto pase?, ¿Por qué a mi, si yo te sirvo?, sin embargo Job decidió aceptar lo malo, así como también le gustaba aceptar lo bueno. Sin dudas Job era un hombre tal y como Dios lo había descrito: “Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?” (Job 1:8).

Job siguió enfrentando muchos más problemas aparte de los que ya existían, perdió su buena reputación delante de los hombres, pero nunca delante de Dios. Sus mejores amigos se apartaron de él dejándolo solo en su momento de crisis. Pero es motivo de ejemplo lo que Job contesta en medio de su momento de angustia: “Yo sé que mi Redentor vive…” (Job 19:25a). Creer en Dios a pesar de ver todo en contra, es uno de los ejemplos que Job nos dio.

¿Qué es lo que estas enfrentando en este momento?, ¿Es mayor que lo que Job experimento?, ¿Cómo estamos reaccionando frente a nuestros problemas?, ¿Los aceptamos?, ¿Renegamos contra Dios?, ¿Nos alejamos de Él?, ¿Cuál es nuestra reacción frente a los distintos problemas que se nos pueden presentar?

Hoy quiero invitarte a creer en el Señor a pesar que todo este en tu contra. Hoy quiero recordarte que tu FE no está puesta en algo material o humano, sino en el Señor Dios Todopoderoso que Gobierna sobre TODO.

No importa los problemas que en esta hora estés metido, tienes que seguir siendo fiel a Dios, buscarlo con todo tu corazón, pero sobre todo creer firmemente que Dios ha de salir a tu rescate, porque Él lo ha prometido.

Quizá hoy todo este nublado, pero pronto aparecerá el sol maravilloso de Dios alumbrando nuestro día y entonces nos daremos cuenta que valió la pena creerle a pesar de que todo estaba en contra, pues Dios recompensa a los que en Él creen a pesar de no ver en su momento una solución posible.

Dios recompenso esa fidelidad de Job en medio de sus problemas: “Y bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero; porque tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas, y tuvo siete hijos y tres hijas” (Job 42:12-13).

Quizá estés a punto de perder mucho o todo, quizá en este momento en tu corazón haya una desesperación por ver como los problemas lejos de solucionarse aumentan, pero aun en medio de todo el panorama que este momento estés visualizando ¡CONFÍA!, sigue creyendo en que Dios obrara, no te enojes con Él, no le reclames por tu actual estado, simplemente sé FIEL y entonces Dios a su debido tiempo te recompensara al doble.

Cuando estés enfrentando crisis difíciles en tu vida, cuando los problemas se agraven y no encuentres una solución, solamente recuerda que tu vida está en las Manos de Dios y que Él siempre tendrá cuidado de ti, por esa razón no desmayes, no te alejes, sino confía en Él, porque Él hará.

“Gracia y Paz”
Aliento Diario

EL VIRUS MÁS TEMIBLE DE TODOS: EL PECADO



Después de que la palabra «virus» pasase a formar parte del vocabulario de la biología y de la Medicina, hace casi dos siglos, más recientemente pasó a emplearse en informática. Designa a un muy pequeño elemento que se introduce en un ser vivo o en una computadora (ordenador) y consigue deteriorarlo, modificando sus funciones vitales desde el interior.

Existe uno mucho más peligroso que el del sida, mucho más devastador. Infecta a cada ser humano, lo quiera o no: es el pecado.

Este virus mortal contaminó a Adán y Eva, nuestros primeros padres, e infectó la humanidad entera, una generación tras otra. Cada ser humano está contaminado y puede ver múltiples síntomas de ello en su propia vida.

Algunos pueden parecer benignos, como la mentira, la burla, los celos; otros parecen más graves: el hurto, el asesinato, la corrupción moral… Pero todos tienen el mismo origen y conducen al mismo fin fatal: “la muerte” (Romanos 5:12). La muerte destruye al cuerpo, pero el alma subsiste ante Dios, y el que no crea a Dios, sufrirá “la muerte segunda” (Apocalipsis 20:14), es decir, el eterno alejamiento de Dios.

Dios ama a los hombres. Les dio el único remedio eficaz para escapar del juicio de “la segunda muerte”. Ese remedio es “la sangre preciosa de Cristo” derramada en la cruz, que “nos limpia de todo pecado” y nos da la vida eterna (1 Pedro 1:19; 1 Juan 1:7).
Como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron (Romanos 5:12).

“Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado” (Salmo 51:2).

“Gracia y Paz”
Ilustraciones Cristianas

¿CREES TÚ QUE DIOS TIENE FAVORITOS?



Salmo 5:11-12
“Pero alégrense todos los que en ti confían; den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; en ti se regocijen los que aman tu nombre. Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; como con un escudo lo rodearás de tu favor”.

¿Alguna vez has pensado que Dios tiene favoritos? Algunas historias en la Biblia pueden dar esa impresión. Veamos por ejemplo a María; cuando el ángel Gabriel la vio, le dijo: “¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo” (Lucas 1:28). Otro ejemplo es Moisés. Dios solía hablar con él “cara a cara, como habla cualquiera a su compañero” (Exodo 33:11). Y por supuesto también está Samuel, el cual “creció, y Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras” (1 Samuel 3:19). ¿Acaso no es esto favoritismo? En realidad no lo es, aunque pueda parecerlo. En su soberanía, Dios puede dar o quitar su favor conforme a su voluntad, pero esto no sucede arbitrariamente. Lo cierto es que el favor de Dios está disponible para todos. Entonces, ¿quienes obtienen el favor de Dios?

El pasaje de hoy expresa con toda claridad las características de aquellos que reciben las bendiciones y el favor de Dios. En primer lugar confían en el Señor, también aman su nombre y son justos. Justo es aquel que vive según la ley de Dios, cuyas acciones están de acuerdo al corazón del Señor. A estos Dios los defiende y los rodea de su favor, dice el salmista. Y esto tiene toda la lógica del mundo.

Desde Génesis hasta Apocalipsis, Dios constantemente invita a todos a venir a él en busca de su favor, pero él no fuerza a nadie a aceptar su invitación. Aquellos que se acercan a él serán bendecidos. Los que se alejan de él no podrán recibir su bendición. Por ejemplo, en Éxodo 19:5 Dios se dirige al pueblo de Israel por medio de Moisés, y les dice: “Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra”. Este es un precioso ofrecimiento lleno del amor de Dios, pero aquel pueblo rebelde prefirió tomar sus propios caminos en lugar de seguir la dirección indicada por el Señor. Varios siglos después, Dios se dirige a este pueblo de nuevo, esta vez cautivos en Babilonia, y les dice: “¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar. Fuera como la arena tu descendencia, y los renuevos de tus entrañas como los granos de arena; nunca su nombre sería cortado, ni raído de mi presencia” (Isaías 48:18-19). Si le hubieran obedecido, hubieran disfrutado de la paz y el amor de Dios y hubieran sido colmados de muchas bendiciones. Pero no lo hicieron.

Muchos siglos después, Jesús también hizo una invitación a aquel pueblo judío para que viniesen a él, y él les daría paz y descanso para el alma. Dijo el Señor: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Y asimismo más tarde se lamentaba del rechazo de que fue objeto: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!” (Mateo 23:37). De nuevo el llamado de amor de parte de Dios. Una vez más el rechazo de parte del hombre.

El concepto de aquel pacto original con su pueblo aún está vigente en la mente de Dios, y ahora podemos verlo realizado en nosotros a través del nuevo pacto, la sangre preciosa de Cristo derramada en la cruz del Calvario. El favor de Dios, su misericordia y su infinito amor son para todos aquellos que eligen buscar su presencia y obedecer sus mandamientos. En el Salmo 25:14 encontramos que "la comunión íntima del Señor es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto". Y el Salmo 37:4 declara: "Deléitate asimismo en el Señor, y él te concederá las peticiones de tu corazón".

¿Quieres estar entre los “favoritos de Dios”? La palabra de Dios es clara y precisa. Busca su rostro cada día en oración, escudriña su palabra, obedece sus instrucciones, y su favor será contigo siempre.

ORACIÓN:
Padre santo, gracias por tu palabra, la cual nos enseña las pautas a seguir para acercarnos a ti y disfrutar de tus bendiciones. Te ruego que me ayudes a ser constante en mi tiempo de oración y comunión contigo, y que yo pueda deleitarme en tu santa presencia cada día de mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

NACER DE NUEVO



Juan 3:3-5
“Jesús dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios… no puede entrar en el reino de Dios”.

En este texto bíblico tenemos una sorprendente declaración de Jesús. Sin embargo, si decimos que somos cristianos, debemos aceptar su enseñanza.

No puedo ver el reino de Dios ni entrar en él sin haber nacido de nuevo. Esta verdad capital no siempre es comprendida, incluso por algunos que frecuentan los servicios religiosos u honestamente desean conocer a Dios. Primeramente debemos comprender y admitir que la naturaleza humana es considerada por Dios como condenada debido al mal que está en ella. Por lo tanto, no hay nada en ella que pueda satisfacer a Dios. Se puede realizar muchas prácticas llamadas «cristianas» sin satisfacer jamás las exigencias de Dios ni obtener la salvación. Uno puede asistir regularmente a las reuniones cristianas, conocer la Biblia, ser amable con el prójimo, sin embargo no ser salvo y no entrar en el reino de Dios. Aunque esto pueda sorprender a algunos, no existe ninguna posibilidad de convertirse en cristiano excepto por medio de la intervención de Dios.

Pero si reconozco mi falta de verdadera relación con Dios y mi incapacidad para obtenerla, una sola mirada de fe hacia él, hacia la salvación que ofrece en Jesús, será suficiente para implantar en mí esta nueva vida por medio del poder de su Espíritu. Dios ofrece su gracia en virtud de la obra de Jesús en la cruz. El deber del hombre es simplemente aceptarlo, decir a Dios: «Creo en tu Hijo quien murió por mí, único medio para ser salvo».

“Gracia y Paz”
La buena Semilla

EL REY DE REYES



Salmos 2:7
Yo publicaré el decreto: Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy.

En este Salmo profético, los reyes y gobernadores rechazan al Hijo de Dios, y tratan de hacer lo posible para impedir que él reine como Rey de Reyes, y Señor de Señores. Dicen, “Acabemos con su reino, y hagamos nuestros propios deseos”. Pero a pesar de su rebelión, y a pesar de todos sus esfuerzos para prevenir su reino, Dios dice, “Yo he puesto mi rey sobre Sión, monte de mi santidad (Salmo 2:6). Esta profecía es una descripción exacta de las intrigas y los concilios contra Jesús cuando él se presentó a su gente. Y este rechazo sigue hasta la fecha por el mundo, que no le acepta. La gente le rechaza a Jesús, y hace burla: Pero la respuesta de Dios es lo mismo; “Yo empero he puesto mi rey sobre Sión, monte de mi santidad”. El niñito en el pesebre es “Rey de Reyes, y Señor de Señores”, y aún reinará en el trono del Monte Sión en Jerusalén, y en nuestros corazones también.

“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día