Filipenses 2:14-15
“Haced todo sin murmuraciones y
contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha
en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual
resplandecéis como luminares en el mundo.”
Las murmuraciones, los rumores,
los chismes son actitudes del comportamiento humano cuyas consecuencias son
mayormente ignoradas al momento de iniciarse. La mayoría de las personas no ven
nada malo en hacer un comentario negativo sobre alguien con una persona “de
confianza”. Sin embargo, muchas veces esa “observación”, aparentemente sin
importancia, continúa pasando de boca en boca, haciéndose cada vez mayor y más
negativa, resultando en la destrucción moral de esa persona y causando
divisiones y contiendas entre amistades o familiares o hermanos en la iglesia.
En su carta a los cristianos de
Filipos, el apóstol Pablo los insta a mantener el espíritu de unidad entre
ellos y a ser humildes, y a servir siguiendo el ejemplo de nuestro Señor
Jesucristo. En el pasaje de hoy, Pablo los exhorta a mantenerse irreprensibles,
es decir intachables, y con ese fin les dice: “Haced todo sin murmuraciones y
contiendas.” La murmuración no proviene de Dios, todo lo contrario, es un arma
que utiliza el enemigo para crear división y pleitos. Donde está el Espíritu de
Dios no hay murmuración, ni chismes, ni peleas; lo que predomina es el amor y
la unidad. Cuando el Espíritu Santo se manifestó por primera vez en Pentecostés
(Hechos capítulo 2), dice la
Biblia que los discípulos perseveraban en oración y “estaban
todos unánimes juntos.”
Una actitud completamente
diferente vemos cuando los israelitas fueron liberados de la esclavitud en
Egipto. Mientras cruzaban el desierto con rumbo a la tierra prometida se les
terminó la comida, e inmediatamente comenzaron a murmurar contra Moisés y Aarón,
y a quejarse recordando las ollas de carne y el pan que comían “hasta saciase”
en Egipto. (Éxodo 16:1-3). Entonces Dios les prometió que les enviaría pan del
cielo para su diario sustento. Al principio, todos estuvieron muy contentos,
pero después de un tiempo se cansaron de comer lo mismo día tras día, y de
nuevo comenzaron a murmurar. Y Moisés les advirtió: “Jehová ha oído vuestras
murmuraciones con que habéis murmurado contra él; porque nosotros, ¿qué somos?
Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehová.” (v.8). Pero
los israelitas persistieron en la murmuración y la contienda, y tuvieron que
sufrir las consecuencias de sus acciones, pues la mayoría de ellos no pudo
disfrutar de la tierra prometida. Así declaró el Señor en Números 14:29: “En
este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron
contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado
contra mí.”
Una pequeña historia cuenta que
el joven discípulo de un filósofo muy sabio llega a su casa y le dice:
-- Maestro, un amigo me estuvo
diciendo algunas cosas muy malas de ti.
-- ¿Hiciste pasar por los tres
filtros lo que te dijeron? – le dijo el filósofo.
-- ¿Los tres filtros? -- preguntó
el discípulo.
-- Sí. El primer filtro es la
verdad. ¿Estás seguro de que lo que te dijeron es absolutamente cierto?
-- No. No estoy seguro.
-- Bueno, al menos puedes hacerlo
pasar por el segundo filtro, que es la bondad. Eso que te dijeron, ¿es bueno
para alguien?
-- No, en realidad no. Al
contrario.
-- ¡Ah, vaya! El último filtro es
la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que te dijeron?
-- A decir verdad, no.
-- Entonces -- dijo el sabio
sonriendo -- si no es verdad, ni es bueno, ni es necesario, lo mejor que haces
es olvidarlo, y no volverlo a mencionar jamás.
Quizás podamos hacer uso del
consejo de este sabio, y hacernos el hábito de pasar por “los tres filtros”
toda murmuración o comentario que llegue a nuestros oídos. Pidamos al Señor que
nos de sabiduría y discernimiento espiritual para identificar todo aquello que
no proviene de él y rechazarlo inmediatamente, y así poder “resplandecer como
luminares en el mundo”, como dice el pasaje de hoy.
ORACIÓN:
Amante Padre celestial, te pido
me des sabiduría y discernimiento espiritual para reconocer cuando alguien está
siendo usado por el enemigo para crear discordia en tu pueblo o entre mis
amistades o familiares, y dame el valor para rechazarlo y dar un testimonio que
glorifique tu nombre. Por Cristo Jesús, Amén.
“Gracia y Paz”
Dios te Habla