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jueves, 11 de octubre de 2012

10 RAZONES POR LAS QUE DEBERÍAS BEBER AGUA TIBIA CON JUGO DE DE LIMÓN.


En vez de tomar una taza de café, ¿por qué no sustituir con una taza de agua tibia con jugo de de limón por la mañana?

1. Refuerza tu sistema inmunológico: Los limones son ricos en vitamina C, que es ideal para combatir los resfriados. Son ricos en potasio, que estimula las funciones cerebrales y nerviosas. El potasio también ayuda a controlar la presión arterial.

2. Equilibra el pH: Beber agua de limón todos los días te reduce la acidez total de tu cuerpo. El limón es uno de los alimentos más alcalinos. Sí, el limón tiene ácido cítrico pero no crea acidez en el cuerpo una vez metabolizado.

3. Ayuda a bajar de peso: Los limones son ricos en fibra pectina, que ayuda a luchar contra el hambre y antojos. También se ha demostrado que las personas que mantienen una dieta más alcalina pierden peso más rápido.

4. Ayuda a la digestión: El jugo de limón ayuda a eliminar los materiales no deseados. Alienta al hígado a producir bilis, que es un ácido que se requiere para la digestión. Digestión eficiente reduce la acidez estomacal y estreñimiento.

5. Es un diurético: Limones aumentan la tasa de la micción en el cuerpo, lo que ayuda a purificarlo. Las toxinas son, por lo tanto, liberadas a una velocidad más rápida ayudando a mantener la salud del tracto urinario.

6. Limpia la piel: El componente de la vitamina C ayuda a disminuir las arrugas y manchas de la piel. Agua con limón elimina las toxinas de la sangre y ayuda a mantener la piel clara también. En realidad, puede ser aplicado directamente en las cicatrices para ayudar a reducir su aspecto.

7. Refresca el aliento: No sólo esto, sino que puede ayudar a aliviar el dolor dental y la gingivitis. El ácido cítrico puede erosionar el esmalte de los dientes, por lo que debe controlarse muy bien esto.

8. Alivia los problemas respiratorios: agua de limón caliente ayuda a deshacerse de las infecciones de pecho y detener la molesta tos. Es útil para las personas con asma y las alergias también.

9. Te mantiene en eQUILIBRIO EMOCIONAL: La vitamina C es una de las primeras sustancias agotadas cuando sometes su mente y cuerpo al estrés. Como se mencionó anteriormente, los limones están llenos de vitamina C.

10. Ayuda a dejar el hábito del café: Después de tomar un vaso de agua de limón caliente, la mayoría de las personas sugieren que tienen menor deseo para el café de la mañana.

¿Por qué tiene que ser agua tibia y no fría? El agua fría crea un factor de choque o estrés en el cuerpo. Se necesita energía para tu cuerpo para procesar el agua fría.

La receta es muy simple - una taza de agua tibia (no caliente) y el jugo de medio limón.

SIEMPRE CONSULTA A TU MEDICO, para que mantengas tu cuerpo sano; “Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer” (Génesis 1:29). “He aquí Yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré y les revelaré abundancia de paz y de verdad” (Jeremías 33:6), “¿o ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1 corintios 6:19).

“Gracia y Paz”
Publicado por: Carlos Martínez M.
Fuente: Plantas Medicinales.

EL RESENTIMIENTO POR COSAS PASADAS QUE NO SE HAN SANADO PUEDE DESTRUIR UN MATRIMONIO.


Hay muchos matrimonios que están viviendo consecuencias de errores del pasado que generaron resentimientos y no las han sanado.

Todos nosotros como seres humanos cometemos errores de muchas clases que generan consecuencias dolorosas. Cuando cometemos esos errores con nuestro cónyuge, el matrimonio sufre como relación. Ahora, sí hay perdón con arrepentimiento, entonces las consecuencias pueden ser minimizadas.

Pero cuando se guarda un resentimiento y no se sana, entonces se va desarrollando y se puede convertir en una raíz de amargura que es como un veneno que va a dañando las relaciones del matrimonio y toda la familia.

Cuando en un matrimonio hay resentimiento no sanado por situaciones vividas en el pasado, la relación se estanca y se va deteriorando y puede llegar un momento en que sientan hasta odio. La única salida al resentimiento es sacar a la luz el problema, hablar sinceramente de los sentimientos y tomar la decisión de perdonar y dejar el pasado. Recuerden que el pasado nunca va a resolver los problemas, pero pedir perdón y perdonar si puede hacer diferente el futuro.

Frecuentemente, es necesario buscar ayuda con guías espirituales calificados y capacitados en el tema de matrimonios y familia para que les puedan ayudar a superar los conflictos y a perdonarse sinceramente.

Marcos 11:25-26: “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguien, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas, porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas”.

Dios nos manda a tomar la decisión de perdonar incondicionalmente, para que Él nos perdone igual. El perdón sincero con arrepentimiento del que lo pide y la actitud sabia del que lo otorga, activa el perdón del Señor en nuestras vidas y las bendiciones para nosotros y nuestras familias. Perdonar muchas veces no es fácil, pero es un mandato de Dios que nos conviene y nos trae paz a nuestras vidas.

Si ha habido situaciones dolorosas del pasado en tu vida, toma la decisión de ponerlas a los pies del nuestro Salvador Jesucristo y toma la decisión de obedecer su palabra. Dios te llenará de paz y convertirá cualquier cosa negativa en algo positivo para el Matrimonio y la Familia. Empieza por pedirle perdón a Dios por haber sido desobediente a su palabra y luego pídele perdón a tu cónyuge por haberle ofendido o por haberle juzgado. El perdón se pide con arrepentimiento y se da con humildad!

Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!

“Gracia y Paz”
Noviazgo y Matrimonio

NO NOS PODEMOS DETENER


Josué 1:1-7
“Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó..."

Jamás el propósito de Dios se ha detenido ante cualesquiera que sean las circunstancias, Dios siempre ha llevado a cabo lo que se ha propuesto dentro de su programa, dentro de sus propósitos. No ha existido nadie en el mundo que haya podido frenar, que haya podido detener el propósito de Dios.

En ocasiones algunas circunstancias tratan de detenernos, de hacernos dudar, de hacernos sentir solos, de desanimarnos; no obstante, el programa de Dios sigue adelante, no hay quien lo detenga, no hay quien lo pueda deshacer, lo que Dios a dicho eso se hará.

La Biblia dice: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" (Mateo 24:35); esta Palabra es fiel, sus promesas son fieles, y todo lo que Dios a dicho tendrá un exacto cumplimiento.

"Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová…" (v.1). Era un momento de transición, las circunstancias eran muy difíciles, especialmente para el pueblo, habían visto en Moisés un respaldo único de parte de Dios. Josué conocía como este pueblo se rebeló en varias ocasiones y trató hasta de apedrear al siervo de Dios, era un pueblo de dura cerviz. Josué sabía quién era Moisés, por estas razones no le pareció fácil asumir esta gran responsabilidad.

Josué había estado cerca de Moisés, recordemos que él estuvo esperando a Moisés en la parte baja del monte; y permaneció allí todo este tiempo sin vacilar, sin claudicar, sin pensar nada negativo; cuando Moisés descendió al primero que vio fue a este fiel servidor; mientras tanto el pueblo había abandonado el propósito de Dios y se había corrompido; pero Josué estando solo permaneció fiel, era un hombre humilde, era uno que conocía lo que es la autoridad.

Josué conocía el pueblo, estoy seguro de que se sentía nervioso, temeroso, pequeño, insignificante, no sabría qué hacer, estaba tal vez lleno de nostalgia; porque había partido a la eternidad un hombre especial, una persona con unas capacidades extraordinarias y con un liderazgo y un respaldo de Dios. El Señor comenzó a tratar con su corazón y hacerle entender, que ahora que había partido Moisés, ahora entraba una nueva etapa para el pueblo, pero que él era el escogido, era la persona que Dios se había fijado y que era un privilegio, pero a la vez una gran responsabilidad. Josué quizás imaginó en su mente todo el recorrido y todas las bendiciones que Moisés recibió, pero también todos los ataques, toda la persecución, y todas las amenazas que habían venido contra Moisés y ahora podría venirse contra él.

Dios le dice a Josué: "Mi Siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán" (v.2); como diciéndole que no se dejara abrumar por la tristeza, por los pensamientos, que era el momento que Dios le ha designado. Dios le asigna esta responsabilidad y le dice: "Tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos" (v.6).

Y le da los linderos, le asigna desde que lugares ellos iban a poseer esta tierra (v.4). Pero le da una promesa: "todo lugar que pisare la planta de vuestro pie" (v.3); aunque Dios le había dicho de tal sitio hasta tal lugar, no significa que tuviera que encasillarse y encerrarse sólo en ese territorio, porque aquí hay una promesa, les ha entregado todo territorio, en Dios no hay limitaciones.

Si en esta Obra no hay visión, no se hubiera podido lograr nada, no se hubiera podido avanzar; otros en lugares con mayores recursos, con mayores posibilidades, no han podido avanzar, porque ellos mismos se han puesto limitaciones.

No le ponga limitaciones a Dios, porque Él es un Dios amplio, es un Dios de visión, es un Dios grande, Dios respalda la visión. Cuando avanza mirando al Señor, no mirando la dificultades, no mirando la crisis, no mirando la amenaza, no oyendo lo negativo, sino creyéndole al Dios Todopoderoso logrará avanzar, logrará conquistar y realizar lo que otros no pueden hacer; puede ver lo que otros no ven, donde otros ven fantasmas, donde otros ven peligros, donde otros ven desiertos; usted podrá ver frutos, podrá ver bendición, podrá ver crecimiento, podrá ver desarrollo, podrá ver avance.

El Jordán era el que los dividía, el impedimento era el río, hasta allí habían llegado, pero ahora Jehová le dice: "Levántate y pasa este Jordán". Dios le da la orden de cruzar el Jordán y de arrebatar la bendición y de hacer provisión para la conquista; no nos podemos detener por las dificultades, hay que avanzar, hay que seguir adelante, el Señor no se detiene y si Él no se detiene sus hijos no se pueden detener.

Esta Obra no se puede frenar, Dios seguirá proveyendo, Dios seguirá abriendo puertas, Dios seguirá al frente; el día que nosotros no estemos, Dios levantará a otros, pero esta Obra avanzará, esta Obra es de Dios. Amén.

“Gracia y Paz”
Impacto Evangelístico

LA PROGRAMACIÓN DE UNA BUENA CONCIENCIA


1 Timoteo 1:3-7
“Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora. Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman”.

Dios ha dado a cada persona la capacidad de discernir entre el bien y el mal. Para cada persona, este regalo –conocido como la conciencia– está programado con una serie particular de convicciones y, por tanto, funciona de manera diferente para cada quién. Desde el momento en que comenzamos a procesar las instrucciones y las advertencias, nuestra conciencia está desarrollando un código de conducta por el que vamos a vivir.

Ya sea que las figuras de autoridad en la existencia de una persona dieron buenos principios para la vida, o poca orientación de verdadero valor, su conciencia recogió la información. Cuando los niños se convierten en adultos, prestan atención a las palabras y las acciones de los demás. Las personas que nos decepcionan nos enseñan tanto como las que nos causan admiración.

La conciencia es una herramienta flexible; puede absorber nueva información y cambiar los valores y las perspectivas de la persona. Es una buena noticia para quienes comenzaron con una programación deficiente, pero encuentran después valiosa dirección bíblica. La flexibilidad es potencialmente mala noticia para quienes se exponen a menudo a la falsedad y a las filosofías vanas.  Si desoyen la sabiduría y la verdad, asimilarán las ideas engañosas de la cultura moderna.

La conciencia no es recurso del todo confiable, pero es una herramienta de Aquel que es absolutamente digno de confianza. El Espíritu Santo trabaja junto con nuestra brújula moral innata. Da dirección cuando la conciencia emite una advertencia, e interpreta la Escritura cuando algo la hiere.

“Gracia y Paz”
Meditación Diaria

¿PÁNICO O PLEGARIAS?


2 Crónicas 14:11
“… Ayúdanos, oh Señor Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos contra este ejército…”

Una mujer de 85 años, sola en un convento, quedó atrapada en un ascensor cuatro noches y tres días. Gracias a Dios, tenía una jarra de agua, unos trozos de apio y unas gotas para la tos. Tras intentar sin éxito abrir la puerta para conseguir señal para el teléfono móvil, decidió encomendarse a Dios en oración. «Era… o pánico o plegarias», dijo luego por televisión. Desesperada, confió en el Señor y esperó hasta que la rescataron.

El rey Asa también enfrentó la alternativa del pánico o las plegarias (2 Crónicas 14). Lo atacó un ejército etíope de un millón de hombres. Sin embargo, al enfrentarse a esa enorme fuerza, no se apoyó en estrategias militares ni huyó atemorizado, sino que oró a Dios de inmediato. En una plegaria enérgica y humilde, confesó su plena dependencia en el Señor, le pidió ayuda y apeló a que, en su nombre, lo protegiera: «Ayúdanos, oh Señor Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos contra este ejército» (v. 11). El Señor contestó la oración de Asa, y este obtuvo la victoria sobre el ejército enemigo.

Cuando enfrentemos situaciones difíciles, recursos limitados, un ejército de problemas o resultados aparentemente negativos, no entremos en pánico, sino elevemos plegarias a Dios, el cual pelea por su pueblo y le da la victoria.

Las plegarias son el puente entre el pánico y la paz.


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LEA: 2 Crónicas 14:1-11

Biblia en un año: Zacarías 11–14
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“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario

¿CREES QUE TU SITUACIÓN ESTÁ EMPEORANDO?


Éxodo 5:22-23
“Entonces Moisés se volvió a Jehová, y dijo: Señor, ¿por qué afliges a este pueblo? ¿Para qué me enviaste? Porque desde que yo vine a Faraón para hablarle en tu nombre, ha afligido a este pueblo; y tú no has librado a tu pueblo”.

El meteorólogo de la televisión local a veces señala su mapa y dice algo así: “Todo parece indicar que las cosas van a empeorar antes de mejorar”. Con seguridad a muchos de los que lo escuchan no les gustará la noticia. Sin embargo, mucho peor es cuando un pronóstico como este se refiere a la vida de algunos que, estando en medio de una prueba, reciben noticias desalentadoras que hacen aun más difícil su situación.

Este fue precisamente el caso del pueblo de Israel cuando Moisés, por órdenes de Dios, se preparaba para liberarlos de Egipto. Los israelitas habían estado clamando por mucho tiempo a Dios para que los liberara de la esclavitud en la que se encontraban. El Señor envió a Moisés con la encomienda de sacarlos de Egipto y llevarlos a la Tierra Prometida. Sin embargo, la situación comenzó a empeorar para ellos, pues en lugar de dejarlos ir Faraón acusó a los esclavos hebreos de holgazanear en el trabajo (Éxodo 5:17), y mandó a que les multiplicaran las tareas, fueron despojados de ciertas concesiones que tenían y el maltrato aumentó considerablemente. Es decir, la situación pasó de mala a terrible.

El pasaje de hoy nos muestra a Moisés, frustrado y decepcionado, clamando a Dios en amargura, pidiéndole una explicación de lo que estaba sucediendo. No podía creer lo que estaba ocurriendo después que el Señor le prometió que estaría con él (Éxodo 3:12). Sin embargo Dios le contestó: “Ahora verás lo que yo haré a Faraón; porque con mano fuerte los dejará ir, y con mano fuerte los echará de su tierra” (Éxodo 6:1). Dios tenía un plan, y allí mostró su poder enviando diversas plagas sobre los egipcios, hasta que finalmente Faraón cedió y dejó en libertad a los israelitas, los cuales se dirigieron hacia la tierra prometida guiados por su líder Moisés.

Un ejemplo similar lo vemos en Jueces capítulos 6 y 7, cuando Dios le encomendó a Gedeón la tarea de liberar a Israel de manos de los madianitas. El ejército de Madián era muy numeroso y mejor armado que los israelitas. Sin embargo, Dios le dijo a Gedeón: “El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado” (Jueces 7:2). Entonces redujo el número de hombres del ejército israelita, primero de treinta y dos mil a veintidós mil. Esto, desde luego, no agradó a Gedeón. Pero la situación empeoró aun más cuando Dios continuó reduciendo el número de soldados hasta llegar a solamente trescientos. Entonces el Señor se dirigió al atemorizado Gedeón, y le prometió que con esos trescientos hombres, él entregaría a los madianitas en sus manos (Jueces 7:7). Y dice la Biblia que mientras “los trescientos tocaban las trompetas, Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el campamento”, es decir, los soldados enemigos comenzaron a matarse entre sí hasta que su ejército fue destruido y Gedeón y sus hombres obtuvieron una resonante victoria.

Por medio de estos dos ejemplos (y de muchos otros), la Biblia nos enseña que muchas veces Dios permite que pasemos por situaciones que van de mal a peor con el fin de probarnos. En primer lugar el Señor quiere fortalecer nuestra fe, y en segundo lugar él quiere que quede bien claro que la gloria y la honra de la victoria final pertenecen solo a él.

¿Estás en medio de circunstancias tan difíciles que te parece imposible que puedas sobrevivir? ¿Crees que en lugar de mejorar, más bien la situación está empeorando? Medita en la enseñanza de hoy. Si sientes temor o el pesimismo intenta envolverte, comienza a orar, deposita tu confianza en el Dios todopoderoso y no mires las circunstancias a tu alrededor. Mantente firme, espera con paciencia y, al igual que a Moisés y a Gedeón, el Señor te dará la victoria.

ORACIÓN:
Padre santo, te pido que aumentes mi fe, de manera que en las difíciles circunstancias actuales, pueda yo ver la victoria de tu poder en mi vida. A ti sea toda la gloria y la honra. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

JEHOVÁ GUARDA A LOS QUE LE AMAN


Salmos 145:20
“Jehová guarda á todos los que le aman; Empero destruirá á todos los impíos”.

El Señor no tan solo nos salva cuando nos arrepentimos y venimos a Cristo, sino nos guarda y preserva también. ¿Quién sabe de cuantas maldades y tragedias Dios nos ha salvado? Nuestro versículo también nos dice quién es preservado por el Señor; “todos los que le aman”, o sea, todos los que de veras han aceptado a Cristo como su Señor y Salvador. Este versículo también se refiere a la preservación espiritual. Jesús dijo en Juan 10:28, “y yo les doy vida eterna y no perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano”.

La segunda parte de nuestro versículo nos dice que Dios destruirá a los que siguen el mal camino y no se arrepienten de sus pecados. “Los malos serán trasladados al infierno, Todas las gentes que se olvidan de Dios” Salmo 9:17.

Por el presente, la puerta de la salvación está abierta y el Señor dice, “Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra: porque yo soy Dios, y no hay otro” Isaías 45:22.

“Gracia y Paz”