Filipenses 4:19
Mi Dios les dará a ustedes todo
lo que les falte, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús.
Ocurrió hace muchos años. Dos
amigos debían separarse y cada uno tenía que tomar decisiones de suprema
importancia. Uno se estaba despidiendo de este mundo, y el otro debía
reemplazarlo en su trabajo. ¿Qué consejo le pediría a su amigo antes de partir?
¿Ya sabes de quiénes estamos
hablando? De Elías y Elíseo, los profetas del Antiguo Testamento (ver 2 Rey.
2).
Durante su último día en esta
tierra, antes de ser trasladado, Elías visitó las escuelas de los profetas. En
esas escuelas se encontraban los jóvenes que continuarían la obra de reforma
espiritual a la cual Elías había dedicado su vida. Ellos representaban la
generación de relevo. En sus manos quedaría la sagrada labor de defender la
verdad en medio de la idolatría que Acab y Jezabel con tanto celo habían
amparado.
Eso en cuanto a Elías. Y Eliseo,
¿qué hizo ese día? Se limitó a seguir muy de cerca a su maestro, el profeta
Elías. La responsabilidad de Elías quedaría en sus manos y Eliseo no se sentía
preparado. Pero entonces sucede algo asombroso. Elías le dice a Eliseo que pida
lo que quiera: «Dime qué quieres que haga por ti antes que sea yo separado de
tu lado» (2 Reyes 2:9).
¿Qué pidió Eliseo? «Quiero
recibir una doble porción de tu espíritu», dijo. ¡Qué pedido tan extraño! ¿Qué
fue lo que en realidad le pidió? Lo que Eliseo le pidió a Elías puede ser
expresado de la siguiente manera: «Mi maestro y amigo, tú has sido un campeón
en la defensa de Dios y de sus mandamientos. Ahora te vas y yo quedo en tu
lugar, pero no me siento capaz de cumplir esta delicada misión. ¿Podrías
dejarme el poder, la fidelidad, con que realizaste tu obra?».
¡Qué grandeza la de Eliseo! Pudo
pedir algo para su beneficio personal, para su comodidad. Pero pidió tener la
capacidad de hacer bien su trabajo.
Si se te concediera el don de
pedir lo que quisieras, ¿qué pedirías? Al igual que Eliseo, pídele a Dios que
te capacite para cumplir fielmente con sus deberes como hijo, amiga, novio,
esposa o lo que fuere. Pídele poder para cumplir la obra de tu vida de un modo
que glorifique su nombre. A Dios le
agrada responde estas oraciones.
Dame poder, Señor, para hacer
bien mi trabajo hoy, en el nombre de Jesús, Amen.
“Gracia y Paz”
Meditaciones Matutinas