¿Cómo
actúas en medio de la tribulación?
Romanos 5:1-5
“Justificados, pues, por la fe,
tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien
también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y
nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que
también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce
paciencia; y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza;
y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en
nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.”
En este pasaje, el apóstol Pablo
escribe que cuando aceptamos a Jesucristo como Salvador somos justificados, y
también reconciliados con Dios. Este fue el propósito fundamental del
sacrificio de Cristo en la cruz del Calvario. Y por él “tenemos entrada por la
fe a esta gracia”, o sea a una indescriptible posición de favor con Dios, por
lo que nos “gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.” Esto significa que
miramos gozosos adelante al tiempo en que estaremos disfrutando de la compañía
y el esplendor de Dios por toda la eternidad. Pero dice también que “nos
gloriamos en las tribulaciones.” Una tribulación es una prueba grande que causa
en las personas sufrimientos, aflicción y tristeza. Entonces, ¿cómo es posible
gozarse en las tribulaciones?
La única manera de gozarnos en
medio de una prueba es “sabiendo”, es decir teniendo la seguridad de que las
tribulaciones que Dios permite que pasemos tienen un buen propósito para
nuestras vidas. Él utiliza las situaciones difíciles por las que atravesamos
para probar y fortalecer nuestra fe. En este proceso el Espíritu Santo produce
en nosotros “paciencia”, la cual obra como “anestesia” que mitiga el dolor de
la “operación” que se está llevando a cabo en nosotros, cuyo resultado debe ser
“carácter probado”, y el carácter probado debe producir “esperanza.” Este es un
proceso al que hace referencia en su epístola el apóstol Santiago, el cual,
habiendo pasado por esta experiencia, nos exhorta de la siguiente manera:
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,
sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia
su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa
alguna.” (Santiago 1:2-4).
El sufrimiento es inevitable en
la vida. Todo aquel que nace en este mundo tarde o temprano pasará por pruebas
que causarán dolor y aflicción. Jesús les advirtió a sus discípulos en Juan
16:33: "En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al
mundo." Es decir, todos los seres humanos experimentarán sufrimiento, pero
aquellos que confían en el Señor serán fortalecidos, y el proceso del cual
hablan Pablo y Santiago se llevará a cabo en sus vidas y terminarán disfrutando
la victoria. ¡Esta es la gran diferencia! El autor de la Epístola a los Hebreos lo
ratifica diciendo: “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser
causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a
los que en ella han sido ejercitados.” (Hebreos 12:11).
Cuando nos aferramos al Señor en
medio de la prueba, llegamos a conocerlo profundamente y aprendemos que él es
fiel a sus promesas y que nos sostendrá para que disfrutemos de su paz y su
amor en medio de la tribulación “porque el amor de Dios ha sido derramado en
nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”, concluye Pablo el
pasaje de hoy. Podemos tener dificultades muy grandes, pero en nuestro corazón
debemos tener la convicción de que Dios, en su infinito amor, nunca nos
abandonará, y llevará a cabo su propósito en nuestras vidas.
¿Cómo te sientes en medio de la
tribulación? Si no sientes la paz y el gozo de Dios, aférrate a esta enseñanza.
Busca el rostro del Señor en oración, clama a él, alábalo y persevera hasta que
“la paz que sobrepasa todo entendimiento” inunde tu mente y tu corazón, y
sientas el gozo de la presencia de Dios.
ORACION:
Padre santo, te doy gracias por
tu Palabra que me conforta en medio de mi aflicción y me ayuda a esperar en ti.
Ayúdame a mantenerme firme sabiendo que tú estás en control y tus propósitos se
llevarán a cabo. Por fe, en estos momentos te pido que todo este bien en mi
vida y en la de mi familia. En el nombre de Jesús, Amén.
“Gracia y Paz”
Dios Te Habla