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sábado, 26 de mayo de 2012


¿Cómo actúas en medio de la tribulación?

Romanos 5:1-5
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.”

En este pasaje, el apóstol Pablo escribe que cuando aceptamos a Jesucristo como Salvador somos justificados, y también reconciliados con Dios. Este fue el propósito fundamental del sacrificio de Cristo en la cruz del Calvario. Y por él “tenemos entrada por la fe a esta gracia”, o sea a una indescriptible posición de favor con Dios, por lo que nos “gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.” Esto significa que miramos gozosos adelante al tiempo en que estaremos disfrutando de la compañía y el esplendor de Dios por toda la eternidad. Pero dice también que “nos gloriamos en las tribulaciones.” Una tribulación es una prueba grande que causa en las personas sufrimientos, aflicción y tristeza. Entonces, ¿cómo es posible gozarse en las tribulaciones?

La única manera de gozarnos en medio de una prueba es “sabiendo”, es decir teniendo la seguridad de que las tribulaciones que Dios permite que pasemos tienen un buen propósito para nuestras vidas. Él utiliza las situaciones difíciles por las que atravesamos para probar y fortalecer nuestra fe. En este proceso el Espíritu Santo produce en nosotros “paciencia”, la cual obra como “anestesia” que mitiga el dolor de la “operación” que se está llevando a cabo en nosotros, cuyo resultado debe ser “carácter probado”, y el carácter probado debe producir “esperanza.” Este es un proceso al que hace referencia en su epístola el apóstol Santiago, el cual, habiendo pasado por esta experiencia, nos exhorta de la siguiente manera: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” (Santiago 1:2-4).

El sufrimiento es inevitable en la vida. Todo aquel que nace en este mundo tarde o temprano pasará por pruebas que causarán dolor y aflicción. Jesús les advirtió a sus discípulos en Juan 16:33: "En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo." Es decir, todos los seres humanos experimentarán sufrimiento, pero aquellos que confían en el Señor serán fortalecidos, y el proceso del cual hablan Pablo y Santiago se llevará a cabo en sus vidas y terminarán disfrutando la victoria. ¡Esta es la gran diferencia! El autor de la Epístola a los Hebreos lo ratifica diciendo: “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.” (Hebreos 12:11).

Cuando nos aferramos al Señor en medio de la prueba, llegamos a conocerlo profundamente y aprendemos que él es fiel a sus promesas y que nos sostendrá para que disfrutemos de su paz y su amor en medio de la tribulación “porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”, concluye Pablo el pasaje de hoy. Podemos tener dificultades muy grandes, pero en nuestro corazón debemos tener la convicción de que Dios, en su infinito amor, nunca nos abandonará, y llevará a cabo su propósito en nuestras vidas.

¿Cómo te sientes en medio de la tribulación? Si no sientes la paz y el gozo de Dios, aférrate a esta enseñanza. Busca el rostro del Señor en oración, clama a él, alábalo y persevera hasta que “la paz que sobrepasa todo entendimiento” inunde tu mente y tu corazón, y sientas el gozo de la presencia de Dios.

ORACION:
Padre santo, te doy gracias por tu Palabra que me conforta en medio de mi aflicción y me ayuda a esperar en ti. Ayúdame a mantenerme firme sabiendo que tú estás en control y tus propósitos se llevarán a cabo. Por fe, en estos momentos te pido que todo este bien en mi vida y en la de mi familia. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios Te Habla

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