¿CUÁN BUENAS SON TUS OBRAS?
Marcos 14:1-9
“Dos días después era la pascua,
y la fiesta de los panes sin levadura; y buscaban los principales sacerdotes y
los escribas cómo prenderle por engaño y matarle. Y decían: No durante la
fiesta para que no se haga alboroto del pueblo. Pero estando él en Betania, en
casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de
alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de
alabastro, se lo derramó sobre su cabeza. Y hubo algunos que se enojaron dentro
de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? Porque
podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los
pobres. Y murmuraban contra ella. Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la
molestáis? Buena obra me ha hecho. Siempre tendréis a los pobres con vosotros,
y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis. Ésta
ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la
sepultura. De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en
todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.”
Este pasaje nos cuenta que una
mujer (cuyo nombre era María) de la aldea de Betania, derramó un frasco de
perfume muy caro sobre Jesús, porque sintió en su corazón honrar al Maestro con
lo más valioso que ella tenía. Probablemente María nunca se imaginó que la
recordarían por un acto que inicialmente criticaron algunos por considerarlo un
desperdicio y algo inapropiado. Pero Jesús silenció las críticas contra ella
diciendo: “Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho.” Y después
profetizó algo que con seguridad dejó a todos boquiabiertos: “De cierto os digo
que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se
contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella.”
Cuando el famoso escultor Frank
Eliscu tenía 22 años de edad terminó el primer encargo que se le hizo: una
pequeña estatua que se puede agarrar con una mano. Esta estatua se otorga todos
los años al jugador universitario de fútbol norteamericano más destacado de los
Estados Unidos. El pequeño trofeo, conocido como Trofeo Heisman, es la pieza de
arte más codiciada de este escultor. Nunca pudo haber pensado Eliscu que esta
sería su obra principal, en lugar, por ejemplo, de “La cascada de libros” que hay
afuera del Congreso de los Estados Unidos, o “El Aguila Presidencial” en la Casa Blanca. “No es
una de mis mejores obras de arte – declaró el escultor – pero terminó siendo
como la Estatua
de la Libertad :
no hermosa, pero muy querida por la gente.”
Marcos 12:41-44 nos cuenta que
“estando Jesús sentado delante del arca de la ofrenda, miraba cómo el pueblo
echaba dinero en el arca; y muchos ricos echaban mucho. Y vino una viuda pobre,
y echó dos blancas, o sea un cuadrante. Entonces llamando a sus discípulos, les
dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han
echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de
su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento.” La acción de aquella
pobre viuda impactó profundamente el corazón de Jesús. Ciertamente no es el
valor material o el tamaño de nuestras obras lo más importante para Dios, sino
la disposición de nuestro corazón al llevarlas a cabo.
Nuestras obras verdaderamente
inmortales serán como la de María de Betania y la viuda pobre: actos sencillos
de amor por el Señor Jesús, aceptados y alabados por él. Estas obras mostrarán
al mundo la calidad de nuestra fe y nuestro amor por Dios, mucho más que todo
lo que podamos expresar con palabras. El apóstol Santiago lo expresó de esta
manera: “Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.”
(Santiago 2:18b). Cuando Cristo mora en nuestros corazones, y le amamos, y
queremos agradarle de todo corazón, estas obras surgen de manera espontánea cada
vez que se presenta una oportunidad en nuestras vidas. ¿Has pensado cuáles han
sido tus obras últimamente?
ORACION:
Padre amado, yo deseo agradarte
con todas mis obras. Ayúdame a valorar lo que es importante para ti, y que todo
lo que yo haga salga de un corazón deseoso de rendirte el honor y la gloria que
tú mereces. En el nombre de Jesús, Amén.
“Gracia y Paz”
Dios Te Habla