Romanos 4:7
“Diciendo: Bienaventurados
aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos”.
Felices. Dichosos. Tres veces
benditos aquellos cuyos pecados son perdonados por Dios. Si en este mundo una
persona no logra nada mas que orar sinceramente a Dios y recibirle a Jesús en
su corazón, podemos decir que es bendito de verdad. Cuando tenemos que pararnos
delante de Dios para rendir cuentas, y oímos, “Bien, buen siervo y fiel; entra
en el gozo de tu señor,” entonces, somos benditos de verdad.
Por otro lado, no importan
cuantos éxitos tienes en este mundo, ni cuantos amigos tienes, ni que tan
famoso eres en el “Facebook”, ni cuantas publicaciones haces diariamente, ni
cuantas notificaciones recibes al día, o cuantos correos electrónicos recibes
cada día, ni cuantas solicitudes de amistad te hacen, si después de todo tienes
que pararte delante de Dios y rendir cuenta por cada pecado, y cada
transgresión que has hecho durante tu tiempo aquí en la carne, y oír al Señor
decir, “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y
para sus ángeles”. Son miserables de verdad todos aquellos que tendrán que oír
éstas palabras del Señor. Pero puedes evitar todo esto. El asunto de una larga
eternidad se arregla en un instante cuando vienes a Cristo, le pides perdón de
tus pecados, y lo recibes a él en tu corazón.
“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día
No hay comentarios:
Publicar un comentario