Santiago 2:25
“Asimismo también Rahab la
ramera, ¿no fue justificada…?”
Supón que miras tu árbol
genealógico y encuentras la siguiente descripción de uno de tus antepasados:
«Prostituta, escondió en su casa a enemigos del gobierno. Cuando las
autoridades la confrontaron por este asunto, mintió».
¿Qué harías con ella? ¿Le
ocultarías su historia a cualquiera que preguntara sobre tu familia o la
elogiarías y enaltecerías como un miembro legendario de tu historial familiar?
Te presento a Rahab. Si lo que
leemos de ella en Josué 2 fuera lo único que supiéramos, tal vez la
agruparíamos con todos los otros ejemplos malos y repudiados de la Biblia. Pero su
historia no termina allí. Mateo 1:5-6 revela que fue la tatarabuela del rey
David y que formó parte del linaje de Jesús, nuestro Salvador. No solo esto.
Hebreos 11:31 dice que fue una mujer de fe que (ver Josué 6:17). Además, Santiago 2:25
presenta su obra de rescate como una prueba de su fe justificadora.
Es asombroso cómo obra el amor de
Dios. Puede tomar personas con mala reputación, transformar sus vidas y
convertirlas en ejemplos del amor y el perdón divinos. Si piensas que eres
demasiado malo para que Él te perdone o si conoces a alguien que se sienta así,
lee sobre Rahab y regocíjate. Si el Señor pudo convertirla a ella en un modelo
de rectitud, todos tenemos esperanza.
Jesús
puede perdonar todos nuestros pecados, sean grandes o pequeños.
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LEA: Josué 2:1-14
Biblia en un año: Lucas 1–3
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“Gracia y Paz”
Nuestro Pan Diario
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