Salmos 18:2
Jehová, roca mía y castillo mío,
y mi libertador; Dios mío, fuerte mío, en él confiaré; Escudo mío, y el cuerno
de mi salud, mi refugio.
David da una comparación tras
otra para darnos una idea de la seguridad que el creyente encuentra en el
Señor: y si podríamos añadir otras mil ilustraciones, todas resultarían
inadecuadas. Hay muchas personas que dicen, “Me gustaría entregarme a Cristo,
pero siento que a lo mejor yo no podría seguir firme en el camino”. Esto es un
pretexto. Jesús dijo: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí
viene, no le echo fuera” Juan 6:37. No hay nada aquí de caerse para atrás.
Sería contra la voluntad del
Padre si Jesús perdiera un alma que ha venido a él, porque el verso siguiente
dice: “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la
voluntad del que me envió” Juan 6:38. La verdadera razón que alguien no vendrá
a Cristo se encuentra en Juan 10:26;27 “pero vosotros no creéis, porque no sois
de mis ovejas, como os he dicho. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me
siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará
de mi mano”.
“Gracia y Paz”
Un Versículo de la Biblia cada Día
No hay comentarios:
Publicar un comentario