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sábado, 2 de junio de 2012



La ayuda de Dios para nuestro éxito

 Josué 1:1-9
“Aconteció después de la muerte de Moisés siervo de Jehová, que Jehová habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”.

Cada vez que nuestros objetivos coinciden con la voluntad del Señor, podemos contar con su ayuda para alcanzarlos. Esta verdad está claramente confirmada en la historia de Josué. Puesto que Dios le dio la gran responsabilidad de introducir a los israelitas a la Tierra Prometida, también le dio todo lo que necesitaba. Él hará lo mismo por nosotros cada vez que le creamos y demos un paso al frente para lograr los objetivos que Él ha dispuesto para nosotros.

Sus promesas: Dios le aseguró a Josué que le daría la tierra y que nadie sería capaz de sostenerse delante de él. Asimismo, el Señor le dará fuerzas a usted para que logre lo que Él le ha llamado a hacer, y ni el hombre ni Satanás podrán frustrar sus propósitos si se mantiene firme en la fe.

Su poder: Esfuércese y sea valiente, porque encontrará obstáculos que pondrán a prueba su obediencia. Pero ese valor no es algo que conseguimos en nosotros mismos. Se desarrolla por medio de la confianza en el Señor. El valor viene cuando nuestra fe es más fuerte que nuestro temor.

Su Palabra: El éxito de Josué estuvo en su obediencia a la Palabra de Dios. Lo mismo vale para nosotros. Si las Sagradas Escrituras no están moldeando nuestros pensamientos, palabras y acciones, simplemente nos descarriaremos al no ir por el camino que Dios ha planeado para nosotros.

Todo lo que necesitamos para tener éxito en la vida nos lo da Dios. Pero esta ayuda está disponible solo cuando decidimos obedecer su plan. Si no le hacemos caso al Señor, y fijamos nuestras propias metas sin la guía de la Palabra, es posible que consigamos lo que queremos, pero no será un éxito verdadero.

“Gracia y paz”
Meditación Diaria

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