Si te interesan los temas de salud, te proponemos esta pagina:

jueves, 24 de mayo de 2012


“Jehová guarda a los sencillos; Estaba yo postrado, y me salvó” Salmo 116:6

Amo a Jehová: Esa es exactamente la respuesta que Dios espera de aquellos en cuyas vidas ha obrado, y es que tenemos muchas razones para amar al Señor, pero son más afectadas por su complacencia cuando nos alivia de angustias profundas. Dios nos ama y le agrada que le amemos, porque quiere compartir su compañerismo con nosotros. El salmista ilustra con este salmo el gozo de la oración que ha recibido respuesta, probablemente sea la sanidad de una dolencia terminal.

Cuando el pobre pecador despierta y toma conciencia de su estado, y teme que pronto deba caer bajo la justa ira de Dios, entonces tiene problemas y angustias. A menudo perdemos mucho esfuerzo por no descansar en Dios, aunque la Biblia está llena de promesas y exhortaciones para “echar todas nuestras ansiedades sobre él”.

Que el hombre pecador invoquen al Señor para que libre su alma, y hallará que es bondadoso y fiel a su promesa, Dios siempre escucha, el creyente ahora se anima a invocarle, habla con Dios todos los días. Esto es lo que Dios quiere y lo que el creyente desea; una comunión con Dios ininterrumpida.

Jehová guardara al sencillo que actúa de corazón sincero, la ignorancia o la culpa no serán obstáculos para su salvación, cuando depositen su confianza en el Señor. Es por su misericordia que no somos consumidos.

Los que se encuentren trabajados y cargados vayan a Él, para que encuentren descanso para sus almas y si se les quita completamente el reposo, que se apresuren a regresar recordando con cuánta generosidad los ha tratado el Señor, desde el momento que le conocieron. Dios no está tan lejos como para no alcanzarlo, El se inclina y escucha las oraciones. El amor del salmista hacia Dios creció debido a que experimentó respuestas a sus oraciones. Si estás desalentado, recuerda que Dios está cercano, escuchando atento cada oración y respondiéndola para dar todo lo bueno de Él.

El creyente debe considerase obligado a andar como si ya estuviera en su presencia. Gran misericordia hay en que sea resguardado de que no lo trague la abundancia de dolor. Gran misericordia de Dios que lo sostenga con su diestra para que no sea vencido ni derrotado por la tentación. Pero cuando entre en el reposo celestial, se completará la liberación del pecado y de la tristeza; contemplara la gloria del Señor y andará en su presencia con un deleite que ahora no puede concebir.

Salmos 19:7
“La ley del SEÑOR es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del SEÑOR es seguro, que hace sabio al sencillo”.

“Gracia y Paz”

No hay comentarios:

Publicar un comentario