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domingo, 13 de mayo de 2012



¿Estás en medio de circunstancias difíciles?

Jueces 7:2-7
"El Señor dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil. Y el Señor dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá. Entonces llevó el pueblo a las aguas; y el Señor dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, a aquél pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber. Y fue el número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas. Entonces el Señor dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno a su lugar."

Por la desobediencia del pueblo de Israel, Dios los había entregado en manos de Madián y su gente por un periodo de siete años. Pero los israelitas clamaron al Señor y él decidió liberarlos. Con este fin llama a Gedeón, y le encomienda la difícil misión de atacar al ejercito de Madián (Jueces 6:11-14). Este ejército era mucho más numeroso y poderoso que el ejército israelita, por lo que Gedeón, lleno de temor ante la difícil tarea, le pide a Dios varias pruebas de su poder, y el Señor se las da. Entonces Gedeón reúne 32,000 hombres armados, y se dispone a cumplir la orden de Dios.

Pero el Señor tenía otros planes. En el pasaje de hoy, Dios le dice a Gedeón que eran demasiados hombres y que debía reducir el número. Así es que, después de varias reducciones, el número final de hombres con que Gedeón debía cumplir la misión se redujo a sólo trescientos. “Entonces el Señor dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos.” Aquí aprendemos varios puntos importantes acerca de la manera en que Dios mueve las circunstancias en nuestras luchas:

Primero: Dios siempre tiene un plan, y con frecuencia él requiere que nosotros hagamos lo que aparenta ser irrazonable desde el punto de vista humano. ¿Qué habrá pensado Gedeón cuando el Señor redujo su ejército de 32,000 a sólo 300 hombres? Lo importante es que al final obedeció y obtuvo la victoria. La Biblia nos cuenta que aquellos 300 hombres tocaron sus trompetas al unísono, y los madianitas huyeron despavoridos (v.22).

Segundo: Nuestra fe necesita ser fortalecida. Esto es fundamental en todo plan de Dios. Después que Dios dio varias pruebas a Gedeón de que estaría junto a él, este fue capaz de declarar ante aquellos 300 hombres: “El Señor ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos.” (v.15). Gedeón pudo declarar como cierto lo que aún no había sucedido. Esto es fe, "la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve", dice Hebreos 11:1. Pon mucha atención a las señales que el Señor te da para fortalecer tu fe.

Tercero: Siempre debemos dar a Dios la gloria y el honor por todos nuestros éxitos en esta vida. El pasaje de hoy nos enseña como el Señor redujo el tamaño del ejército de Israel para que ellos no se enorgullecieran con la victoria, y quedara bien claro que toda la gloria era suya.

¿Estás en medio de circunstancias tan difíciles que te parece imposible que puedas sobrevivir?

Medita en la enseñanza de hoy, y guárdala en tu corazón. No olvides que no existe nada que sea difícil para Dios, ni siquiera aquello que es imposible para nosotros. Decide hoy buscar de corazón el poder de Dios. El desea remover los obstáculos de tu vida, y darte la victoria de tal forma que llegues a un mayor entendimiento de su poder y su gloria.

ORACION:
Padre santo, te pido que aumentes mi fe, de manera que en las difíciles circunstancias actuales, pueda yo ver la victoria de tu poder en mi vida. A ti sea toda la gloria y la honra. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios te Habla

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