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domingo, 27 de mayo de 2012


¿Eres capaz de amar hasta que te duela?

1 Juan 4:7-11
“Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros.”

En una reunión de matrimonios, algunos padres conversaban acerca de las dificultades y los sufrimientos que les ocasionaba guiar a sus hijos en los años de la adolescencia. Uno de ellos expresó: “Tal vez si no los amásemos tanto no sería tan doloroso.” ¡Cuánta verdad encierran estas palabras! El amor duele, porque nos hace sensibles a las cosas pequeñas que afectan a aquellos a quienes amamos, las cuales, de otra manera, pasarían desapercibidas ante nuestros ojos. En su libro titulado “Los cuatro amores”, el famoso autor irlandés C.S. Lewis escribió: “Amar es hacerse vulnerable. Si amas algo verás cómo se atormenta el corazón, y hasta es posible que te lo rompan. Si quieres cerciorarte de que permanezca intacto, no debes darle tu corazón a nadie, ni siquiera a un animal. Envuélvelo cuidadosamente en pasatiempos y pequeños lujos; evita todo enredo; asegúralo en el cofre o ataúd de tu egoísmo. El único lugar fuera del cielo donde puedes estar perfectamente a salvo de todos los peligros del amor es el infierno”. Claro que este consejo no está de acuerdo a los principios cristianos, pero su fundamento no deja de tener lógica.

En su primera epístola a los corintios, capitulo 13, el apóstol Pablo dice que “el amor es sufrido...” La palabra griega que se utiliza aquí describe una paciencia fuera de lo común. Se dice del hombre que ha sido ofendido y que, teniendo poder para vengarse fácilmente, no lo hace. Describe a aquel que es lento para el enojo. Es la misma palabra que se usa para referirse a Dios mismo en su relación con los hombres. El salmo 103:8 declara: “Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia.” Esto es posible porque “Dios es amor”, dice el pasaje de hoy. Amar implica correr riesgos, exponer nuestros corazones, sacrificar algo valioso, soportar ofensas, traición, desilusiones. El amor “todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”, también dice Pablo en esta primera carta a los corintios (1 Corintios 13:7).

¡Amar, a veces, duele mucho! A Dios le dolió ver a su Hijo sufriendo horriblemente por llevar a cabo su plan de salvación para un mundo que le había dado la espalda. A Jesús le dolió enormemente su sacrificio, pero él no dejó de amarnos, incluso a costa de su vida. En el camino al Calvario, nuestro Señor fue humillado, torturado y finalmente clavado injustamente en la cruz. Allí él ocupó nuestro lugar, con el fin de librarnos de la condenación y ofrecernos la vida eterna. Todo esto por su indescriptible amor por nosotros. Y de esta manera, él nos manda que lo hagamos: “Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.” (Juan 15:12-13).

¿Crees que no eres capaz de amar hasta que te duela? Acércate más a Dios. Permite que su Santo Espíritu te envuelva en su amor, ese amor que “excede a todo conocimiento”. Busca el rostro del Señor cada día de tu vida, lee la Biblia, medita en ella, ora sin cesar. Verás que el amor de Dios se hará real en tu vida en ti y podrás amar de la manera en que él te ama.

ORACION:
Dios de amor y de misericordia, no tengo palabras con que agradecerte lo que has hecho por mí, a pesar de que no merezco nada. Por favor ayúdame a mostrar ese amor a los demás en cualquier circunstancia por dolorosa que esta sea para mí. En el nombre de Jesús, Amén.

“Gracia y Paz”
Dios Te Habla

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