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jueves, 2 de noviembre de 2017

1 Juan 3:1


“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él” (1 Juan 3:1).

Aunque la vida nos dé mil motivos para renunciar, Dios nos da mil motivos para seguir adelante.  En Cristo somos más que vencedores, podremos estar de rodillas pero nunca derrotados.

La verdadera identidad de nosotros los creyentes está respaldada en el esfuerzo y la valentía de proseguir la carrera, cuya meta es Cristo.

Debemos afirmar en nuestras vidas la verdadera identidad que proviene del amor de Jesús, lo cual lograremos cuando nos acerquemos con fe y humildad en nuestro corazón. Su amor es todo. Él nos da identidad cristiana, nos pone un nombre sublime y un título de realeza, como ser llamados hijos de Dios. Vivamos conforme a su amor, disfrutemos la dignidad que nos otorga y sobre todo, encaminémonos día a día en esa nueva identidad que recibimos, a causa del amor de Jesús que fluye hacia nosotros.

¡Gracia y Paz!

Pan de Vida

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