miércoles, 9 de agosto de 2017

Juan 8:4-5




“… le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?” (Juan 8:4-5).

Tal vez te resulte muy fácil juzgar a las personas por sus errores, sin embargo, como creyentes no fuimos llamados a ser jueces sino instrumentos de amor y misericordia, ayudando a quien lo necesita. Se seas como los fariseos, sino muestra lo que has recibido de parte de Dios. ¡Ama como has sido amado!


¡Gracia y Paz!


Miguel Ángel Veizaga

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