¡VAYAMOS A CONGREGARNOS!
Salmos 95:1-5
“¡Vengan, cantemos al Señor!
Aclamemos con alegría a la Roca de nuestra salvación. Acerquémonos a él con
acción de gracias. Cantémosle salmos de alabanza, porque el Señor es Dios
grande, un gran Rey sobre todos los dioses. En sus manos sostiene las profundidades
de la tierra y las montañas más imponentes. El mar le pertenece, pues él lo
creó; sus manos también formaron la tierra firme”.
En este salmo el salmista
David hace una invitación: ¡Venid,
cantemos al Señor! La misma hace mención a un llamado al pueblo
a congregarse y adorar a nuestro Salvador por todo lo que Él hizo y por las
cosas que aún hará. ¿Y dónde podemos adorar y recibir palabra de Dios en
libertad sin ninguna distracción? Con seguridad en la casa de Dios, donde todas
las personas que creen que Jesucristo es el Señor, el Dios poderoso, el gran
Rey, el Mesías y Salvador del mundo, se reúnen para alabar y ser ministrados.
Tal vez tú te estés cuestionando y preguntes: ¿Porque debo ir a la iglesia si puedo orar, adorar y leer la biblia en mi casa? La respuesta es muy sencilla, porque es el propósito de Dios para tu vida. Jesús fundó la iglesia para que convivas y estés unido como una familia con tu familia en Cristo.
Ir a la iglesia nos da la oportunidad de alabar y adorar a Dios. También de fortalecernos en la fe y recibir instrucción a través de la predicación y las lecturas bíblicas. Si no fuera tan importante el llamado a congregarnos y a adorar al Señor, creo que no estaría en la Palabra del Señor.
Hebreos 10:25
“Y no dejemos de congregarnos,
como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros, sobre todo ahora que el
día de su regreso se acerca”.
El Señor no quiere que endurezcamos nuestro corazón como muchos lo hacen, porque el corazón que se aleja de Dios y se rehúsa a hacer lo que Él pide, terminará mal.
No dejes que las actividades, las dificultades o cualquier otra cosa terrenal te impidan congregarte y adorar a Dios con todo tu ser en este día.
Salmos 95:6-7
“Vengan, adoremos e
inclinémonos. Arrodillémonos delante del Señor, nuestro creador, porque él es
nuestro Dios. Somos el pueblo que él vigila, el rebaño a su cuidado…”
¡Gracia y Paz!
Diego Jora
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